—¿Estás bien cariño? —preguntó agarrándome de la cintura para ayudarme a caminar.

—Si cariño, esto solo... este embarazo no ha sido fácil —dije sentándome otra vez sobre la cama—. ¿Y las niñas?

—Fueron al jardín a jugar con James y mi madre —dijo colocando una manta sobre mí—, mi madre te está preparando algo de comer —me dio un beso en la frente y se acostó a mi lado—. tengo que hablar contigo.

—¿Qué sucede? —pregunté levantándome un poco.

—Nos ha salido competencia en el negocio y... nos han estado amenazando —dijo con cautela.

Lo mire en seguida con los ojos abiertos.

—¿Amenazando? ¿Por qué? —pregunté confundida.

—Al parecer mi padre mato a uno de sus líderes o algo así, aún no lo sé —dijo negando con la cabeza.

—Pero eso pasa, es normal en esto—murmuré tratando de entender—.  ¿Y que pasará ahora?

—No podemos movernos y si lo hacemos tiene que ser con cuidado, tendremos que confiarnos en que no encuentren la casa.

—¿Y si eso llega a pasar? —pregunté nerviosa.

—Cariño, no permitiré que si quiera se acerquen a la entrada.

—¿Y las niñas?

—Mi abuelo está arreglando una de las fincas de la familia por si algo malo llega a pasar.

—¿Finca?

—Sí, es una forma legal de justificar nuestro dinero.

—¿Alguna vez has ido? ¿Qué se cosecha ahí?

—Todos los veranos íbamos hasta que crecimos y teníamos negocios que atender, manzanas y flores cariño, es un lugar hermoso y tranquilo, tiene un lago y si no estoy mal mi abuelo quiere también tener un establo, si es que ya no lo tiene.

—Hablaste de manzanas y me antoje de una —dije acomodándome a su lado.

—Entonces te traeré la manzana más deliciosa, jugosa y roja que pueda encontrar—levantó un poco la sabana para verme el rostro—, te amo cariño —me dio un suave beso en la frente—. No me demoraré.

Se levanta de la cama y sale de la habitación, me levanto apenas él cierra la puerta y me asomo por la ventana, las niñas juegan con una pelota con James y su padre quienes intentan ser lo más delicados posibles, en una de esas Anastasia patea el balón y le pega en la entrepierna a James el cual se arroja al césped y comienza a rodar de dolor, su padre y Elizabeth no dejan de reírse mientras que Anastasia le agarra la cara al parecer pidiéndole perdón mientras él intenta sonreírle como si nada, en ese momento un Dean completamente dominado por la risa aparece y cuando ve que Anastasia va comenzar a llorar la carga, en ese momento James se levanta y comienza a caminar como si nada para hacerle cosquillas a Anastasia, ver a la familia así de feliz es algo que me llena pero lastimosamente soy consciente de que no siempre será así.

Estamos todos sentados en la mesa del comedor incluyendo a Meiling quien se volvió algo así como una segunda abuela para las niñas, ya tiene algo de edad así que ni Dean ni su padre le permiten meterse a la cocina a menos que sea necesario, mientras todos comemos tranquilamente veo que mi suegro y Dean están algo tensos, mi suegra por su parte se ve algo molesta, me imagino que es por lo que está sucediendo y Anastasia y Elizabeth comen tranquilamente lo cual es un milagro.

—Abuelita ¿Sabías que a Ana le gusta E.T? —preguntó Elizabeth inocentemente.

Mi suegra comienza a toser mientras que todos ríen y el rostro de Anastasia se coloca completamente rojo.

—Me vengaré Eli, te juro que me vengaré —amenazo Anastasia mirando a Elizabeth con los ojos entre cerrados.

—No te tengo miedo —dijo Elizabeth sacándole la lengua.

—¿Ya hicieron sus tareas, niñas? —preguntó la señora Aura mirándolas.

Ellas en seguida guardaron silencio y siguieron comiendo como si nada.

—Apenas terminen de comer se lavan las manos para que hagan sus deberes —les ordené rápidamente.

Cuando comenzó a afectarme el embarazo mis suegros decidieron venir a acompañarnos ya que se me dificultaba cuidar a las dos niñas al tiempo, los desmayos y las náuseas son mi pan de cada día y Dean no puede estar en casa todo el tiempo, el problema es que mis hijas no respetan a sus abuelos, ni siquiera les hacen caso, cuando terminamos de almorzar lleve a las niñas a la biblioteca de la casa junto con mi suegra y comenzaron a hacer sus tareas, según la tradición las niñas deben ser educadas en casa y yo no tengo problema con eso pero es difícil tener privacidad en esta casa, cuando terminaron las niñas se metieron en su cuarto a ver películas de Disney y yo me quede con Meiling en la cocina ya que había vomitado el almuerzo y ahora tengo hambre.

—¿Cómo se siente mi niña? —preguntó ella sirviéndome algo de sopa.

—Horrible, tengo el estómago revuelto y me siento muy mareada —me quejé apoyando mi cabeza contra la mesa.

—¿Ya cuantós meses tiene?

—Ya tres meses antes de ayer —dije enderezándome para comer.

—¿Por qué no va al doctor? —preguntó ella.

—No puedo, hay un problema con un grupo enemigo y no puedo salir de la casa a menos que la vigilancia lo apruebe.

—¿Y si llama a su doctor?

—Tendría que preguntárselo a Dean —dije mirando directamente el tazón, mi vista se está nublando.

El teléfono comienza a sonar e inmediatamente la señora Aura contesta, pasos se sienten y ella aparece corriendo y sofocada.

—Meiling, busca a las niñas y mételas a la camioneta blindada, Emily súbete a esa camioneta ya —ordenó la mujer activando la alarma de la puerta delantera y abriendo el garaje.

Meiling sale corriendo y yo me levanto.

—¿Qué sucede? —le pregunté tratando de perseguirla.

—Averiguaron la dirección de la casa, vienen para acá —advirtió la mujer colocando la alarma en la oficina de Dean.

fuertes lazos Where stories live. Discover now