Parte 68

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¡Qué lo disfrutéis bellas florecillas!

¡Nos vemos mañana!


Pd: Subiré adelantos cómo hoy del capítulo antes de publicarlos al stories de instagram... así que si queréis tener un caramelito dulce antes del capítulo allí os espero!

—No madre, no soy Adolph —contestó Bohdan con el semblante tan serio, que en cierto modo sentí un estremecimiento en mi corazoncito

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—No madre, no soy Adolph —contestó Bohdan con el semblante tan serio, que en cierto modo sentí un estremecimiento en mi corazoncito.

«Maldita mujer, en vez de corazón tiene una patata podrida»

Me importaba un cuerno que me llamara campesina vulgar, me dolía más como trataba a Bohdan que a mi, después de todo era una extraña y para mi ella no significaba nada, solo era la serpiente que escupe veneno a la que hay que evitar, pero él no podía hacer eso, por desgracia "era su madre" y me hacía una idea de lo que sentía al ser tratado así.

—Tal vez sea una vulgar campesina, pero tengo más educación que usted —contesté sin esperar a que Bohdan respondiera a su propia madre.

Entendía su peculiar dilema, para él, la reina Margoret era su madre y le debía cierto respeto... «Inmerecido, sí. Pero respeto igualmente». Así que como yo no le debo respeto alguno a la bruja inmunda a la que por cierto pienso regalarle una escoba de paja por navidad y una verruga para que tenga el kit completo, no me pensaba aguantar ni una más... y si ardo en el infierno, arderé con gusto.

—¿Vas a permitir que difame así a tu madre? —exclamó sin siquiera mirarme con aire de inocencia y victimismo, como si al hacerlo se estuviera "rebajando" a hablar con la plebe-

«Será cínica la muy petarda. Porque eres reina... que si no ya estabas calva».

—Celeste, ¿Puedes dejarme a solas con la reina? Hay algo que tengo que tratar en privado —dijo de pronto con tal seriedad que temí haberlo enfadado.

¡Mierda! Seguro que me he pasado de la raya... ¡Yo y mi lengua larga! Y eso que me he contenido para todo lo que le podría haber soltado a la amargada esa...

Me mordí la lengua y asentí mientras me alejaba de allí. No sabía que conversación tendría Bohdan con su madre, pero me imaginé por la sonrisa de la víbora insensible que ella saldría vencedora y que al final mi príncipe azul tendría que darle la razón por desatender momentáneamente sus deberes.

¡Cuánto me gustaría que le plantara cara y le dijera sus cuatro verdades bien dichas! Porque si fuera por mi... se las habría dicho hace mucho. Esa mujer será muy reina, muy refinada y muy "rubia", pero que me venga a decir que no tengo educación cuando ella dista mucho de tenerla... ¡Já!

Me di cuenta de que estaba sacando las cosas del macuto y arrugándolas entre los dedos imaginándome que en lugar de ser aquel vestido era el cuello de la maldita reina de las narices.

De Plebeya a Princesa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora