Ilusión

232 19 0
                                    

Muchas personas hablan en la actualidad sobre un tema llamado "efecto boomerang" en una relación sentimental. Consiste en mostrar una actitud desinteresada y misteriosa ante el sexo opuesto... Así, discretamente, atraes poco a poco la atención de tu galán y por último, que despierte interés en tí. Vendría a ser en unas palabras más sencillas: tomar distancia... algo que me parece apropiado y que ya estoy intentando practicar.

Reflexionando todo en pleno baño de tina, luego de mis exhaustivos trabajos, me miro a un espejo y una sonrisa algo leve brotó de mí. Quizá mi pensamiento -tan alborotado por así decirlo- no sea tan malo después de todo. Algo me daba seguridad de que todo iba a resultar bien, y es un buen motivo para no desgastar más mi cansada mente.

Los días posteriores fueron interminables. Me mantuve ocupada en todas las actividades posibles para no decaer ni sentirme mal por su ausencia... Hasta que algo sorpresivo ocurrió.

Saga regresó. Habían pasado apenas ¡tres días!

- ¡Saga! ¿por qué retornaste tan pronto? ¡creí que te ibas a descansar!

- No sentí que estabas bien. Percibí algo en tu mirada al marcharme. ¿Estoy equivocado?

- Ehhh... Yo nada mas he tenido una confusión respecto a lo que pasó anteriormente. Lamento mucho que hayas tenido que volver por una tontería como esa.

- No importa que para tí sea una tontería, estar intranquilo no es algo que me guste mucho, como ya te habrás dado cuenta. No puedo descansar si estás en un lado y yo en otro.

Sus palabras estremecieron mi corazón. Cada día se me hacía más y más imposible ocultar mis sentimientos. Pero hice un esfuerzo muy grande y seguí firme en mi conversación.

- Veo que te tomas muy enserio el rol de Patriarca, pero no te haría otro sermón por eso. Jaja. Cuéntame de Kanon, ¿donde está?

- Él decidió quedarse, ya sabes, para socializar, conocer gente nueva y todas esas cosas que a él le fascina tanto hacer... Y yo, le seré completamente sincero. Decidí volver porque también la echaba de menos.

- Eso ha sido tierno de tu parte. A mí también me alegra que estés aquí ya, se sentía algo vacío el salón aquí sin tí. En estos días que pasé sola, he encontrado una actividad para entretenerme. Ven, te quiero mostrar algo.

Conduje a Saga a esa habitación lúgubre donde hacía mis retratos en telar.

- ¡Vaya! ¿tú has hecho esto? ¡está increíble!

- Gracias, aunque no está terminado aún. Cuando esté listo lo pondré como decoración en alguna pared.

- Estoy sorprendido. No sabía de tu talento y este lado artístico que tenías. Dime, ¿qué más te gusta hacer además de trabajar con el telar?

- Tocar el piano, también hacer equitación... Esas actividades las hacía más en aquellos tiempos cuando pensaba que era una niña feliz... Antes de enterarme de mi presente reencarnación.

- ¿No eres feliz ahora, verdad Saori?

- Yo no he dicho eso. Pero si, admito que he sufrido mucho, al igual que tú con tu maldición. Llevar ese peso en los hombros de tantos Santos muertos en mi nombre, también tener una vida repetitiva, venir a este mundo sólo con un único propósito... eso quizás hace que me vuelva afligida por momentos.

- Sé que el rol de la diosa Atena es un papel terrible y trágico, pero tú lo has afrontado como una verdadera guerrera. Por eso, te propongo algo: Si tú dices que esas actividades las hacías cuando pensabas que eras una niña feliz, entonces hagámoslo ahora. Mientras eso te cambie el ánimo, para mí está bien.

No sabía como describir mis sensaciones en ese momento. Era una mezcla rara de llanto, alegría y ganas de gritar fuerte el amor que sentía por él, pero tampoco quería espantar al señor con mis reacciones fuera de lo común. Había una bomba dentro mío, e iba a explotar en cualquier momento.

- Vayamos juntos a hacer equitación, y si quieres, podrías demostrarme también como tocas el piano.

- Acepto con gusto. Dejo a tu disposición el día y el horario, puedes elegir el que prefieras. ¿vale?

Inmediatamente, en horas de la tarde, Saga cumplió con su palabra y me llevó de paseo a caballo, posteriormente hicimos equitación y finalizamos el día tocando unas notas en el piano para él. Estaba feliz de sentir su cuerpo, y su fragancia tan embriagadora cerca mío. Además, empecé a notar su cambio de actitud hacia mí. Me refiero a "un afecto especial" de su parte hacia mi persona. Por supuesto, al ser una deidad, pude verlo rápidamente ¿que creen?

Saori Kido - Relato de una diosaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin