La vuelta a Grecia

423 25 0
                                    

Ya de regreso en el Santuario, exhausta pero llena de gloria, todos los presentes aclamaron con alegría mi llegada. Miro a mis alrededores, pero mi vista se torna negra, y de repente, caigo rendida al suelo. Las heridas causadas en la batalla contra Hades y el haber explotado mi cosmos al límite ha provocado una severa fatiga en mí.

Despierto unas 48 horas después en esa extensa cama de mármol que yacía detrás del palacio del Patriarca. Cuando mi conciencia poco a poco volvía, abro mis ojos y comienzo a ver una sombra algo borrosa. Esa "sombra" estaba curándome una herida que tenía en la cabeza.

— ¡Saga!... ¿eres tú?

¡Señorita! He esperado mucho aguardando a su lado ¿cómo está?

Fue una grata sorpresa que el Santo de Géminis haya sido quien ha cuidado de mí. Quizá, el resto de los Santos de Oro le otorgaron la tarea por ser el caballero más experimentado del Santuario. O quien sabe...

Estoy bien, sólo algo mareada, nada más. Seguro se pasará rápido. ¿Cuánto tiempo ha pasado ya desde mi desmayo?

— Dos días para ser exacto. Me alegra que haya vuelto. La verdad es que nos ha asustado mucho a todos.

— Lo siento, no fue mi intención hacerlo. Me pone muy feliz estar aquí con todos ustedes.

— A nosotros también señorita, y no se imagina cuanto. Si me disculpa, mandaré a avisar a todos que usted despertó. Abajo, están algo ansiosos de ver a su diosa.

— En ese caso, me prepararé con prisa entonces. Necesito verlos a todos cuanto antes y recibirlos como se merecen.

— Atena... por favor. No debería esforzarse tanto. Apenas despertó y ya quiere hacer lo suyo. Quisiera charlar con usted para hablar sobre una cuestión...

Por favor Saga. Sé un poco más formal y llámame Saori. ¿de qué quieres hablarme?

De nosotros, los Santos de Oro. ¿por qué hemos vuelto a la vida? Si hemos perecido en el Muro de los Lamentos...

¡Oh, eso! Lo sabrás cuando todos estén presentes aquí, ¿si? Nos vemos al rato.

Un tiempito después, ya sentada y esperando en el trono, todos los Santos dorados empezaron a llegar a la sala del Patriarca. Charlé con ellos sobre la Guerra Santa, de su rol tan importante en la misma y que sin su ayuda jamás hubiera triunfado.

Santos de Oro. Antes de concluir la guerra contra Hades, le pedí exclusivamente volverlos a la vida. ¿Porqué? Pues, sé que todos han sufrido mucho en el conflicto que nos aquejó anteriormente en el Santuario. Esta nueva vida creo que será una oportunidad para que nos conozcamos más y comenzar desde cero. Y lo más importante: una vida para que la disfruten. Hemos salvado al mundo. No hay nada que me importe más en este momento que el bienestar de todos ustedes. Así que, por favor, cualquier inquietud o duda que tengan, les ruego que la compartan conmigo. Me gustaría que me vean más como una amiga, y no tanto como un dios.

Saga siente que no está a gusto y se retira.

¿A dónde vas? quedate, no te vayas...

Lo siento señorita. Si tengo que hablar algo, lo haré contigo en privado. Creo que no hace falta exponerme delante de ellos.

Con una mirada un tanto melancólica, Saga abandona el palacio. Después de varias horas "poniéndome al día" con todos mis Santos, por la noche, bajé al templo de Géminis.

Saori Kido - Relato de una diosaWhere stories live. Discover now