Fraternidad

251 20 0
                                    

Llegada al recinto de Atena nuevamente, me siento en algunas de las tantas escaleras del Santuario y mi cabeza comienza a sacar muchas deducciones. Temo que Saga desarrolle algún rencor en contra mía. Sé que hice lo correcto, pero su mente nunca se sabe cómo va a reaccionar. El geminiano es un misterio andante...

Desde que ha vuelto al Santuario, mi objetivo fue hacerlo sentir mejor respecto a su melancolía, creí que reunirse nuevamente con su hermano gemelo era la solución final a todo pero no fue así. Me he dado cuenta de la fosa que ha habido en su psique por tantos años.

Hoy que ya soy una diosa completa, cumplí con mi papel e hice lo que antes no pude... Ese señor sufrió la vida desde el inicio bajo una mirada de hombre serio y no tuve en su momento el poder suficiente para descubrirlo. Pero, en mi mente también estaba pasando algo.

Estos acercamientos a él me desestabilizan a niveles anormales, y eso no es bueno ya que mi deseo es todavía mantener el control. Creo que después de lo vivido hace un rato, él debe querer buscar un respiro, algo de paz, sin mi presencia revoloteándolo como una mosca... no niego que cualquier dama a estas alturas ya se le hubiera declarado a este elegante señor, pero ese no es mi estilo. Aunque muero de amor por su persona, estoy esperando el momento clave para que lo sepa y así será. Esta es la forma correcta de averiguar si es un amor verdadero... y no sólo un "amorío" de esos que se desvanecen con el tiempo...

Mis pensamientos al final de cuentas fueron correctos, ya que al siguiente día, Saga me pide irse para viajar a las montañas, digamos que en una especie de trekking con su hermano Kanon. Simplemente disfrutar de una salida familiar y explorar la naturaleza, según sus palabras.

- Señorita Atena, ya estamos listos. Segura que no quiere acompañarnos?

- Gracias por la invitación, aunque no es lo correcto. Pero si les voy a pedir que disfruten su viaje por mí también que estaré aquí esperándolos. Se lo merecen y quiero decirles también que estoy muy feliz que salgan juntos y que hayan superado al fin sus diferencias. Este es un nuevo comienzo para ustedes y quiero que lo aprovechen como tal.

- Saori, todo esto no hubiera sucedido si no fuera por su divina intervención. Como siempre, su amabilidad nos ha traspasado a ambos como una flecha. Y este es el resultado.

- Basta, no sigan porque me van a hacer emocionar. No quiero distraerlos más, ¡diviértanse mucho! Tómense todos los días que quieran y por favor vuelvan con su espíritu renovado.

Después de tantas palabras lindas, los gemelos se fueron del Santuario. Ahora, tenía que ocupar mi tiempo en algo. Estar sola seguro me servirá mucho a mí también... Siempre he repetido hasta el cansancio que quiero ser una persona común y corriente, entonces... manos a la obra. En la mitología antigua, Atenea era muy habilidosa tejiendo tapices. Mi presente reencarnación no se interesa mucho en esa parte "artística" pero aún así, lo intentaré. Será algo entretenido de hacer mientras Saga está ausente.

Así fue como di comienzo a mis ideas. Poco a poco tejí un complejo mosaico, donde retraté mi lucha contra Poseidón con lujo de detalles... En los tiempos antiguos, Atenea se convirtió en la patrona de Atenas, capital de Grecia, al triunfar en la Acrópolis ante el dios de los mares por las tierras de Ática. Y cuando hizo crecer un olivo en medio de una piedra, los atenienses la proclamaron como la protectora de los griegos. Recordando eso, entendí también un poco más mi trato especial hacia Saga. Quizá no era solo por amor. Él es griego, nació aquí, y aquí también entrenó para convertirse en Santo. Aunque hay más caballeros la misma nacionalidad, es decir, me refiero a los también compatriotas Milo, Aioros, Kanon y Aioria... El caso de Saga es, relativamente desigual.

¡Me estimula lo difícil y complicado! Además, Saga desprende un magnetismo que me atrae cada día más a él. Sé que su corazón busca a alguien que lo entienda y lo veo reflejado en sus ojos. Un hombre que fue juzgado injustamente por las atrocidades de las cuales nada tuvo que ver, no buscaría otra cosa.

- Algún día diré: Esta fue la transición más difícil que tuve que atravesar. Los caminos del corazón siempre fueron algo desconocido para mí, siento que no se compara a una guerra con dioses enemigos. Esto es algo más profundo, es una lucha conmigo misma, contra mis prejuicios. Una lucha que sé que valdrá la pena...

Saori Kido - Relato de una diosaWhere stories live. Discover now