Suicidio

405 30 0
                                    

Finalmente el espectro de Géminis llega, Milo lo cargaba mal herido y sin algunos sentidos. Sólo se podía comunicar por medio del tenue cosmos que emanaba después de las batallas libradas contra sus ex camaradas. Mi alma se rompió en mil pedazos por el sólo hecho de saber que le dieron una vida temporal de 12 horas. Cuando esos ojos misteriosos se posaron en mí, intenté de alguna forma no mezclar las cosas... dejar mis sentimientos de lado e ir directo a los hechos. Pero aún así había cosas que necesitaba decirle. Le entregué inmediatamente la daga de oro.

- Saga, quiero que tomes mi vida con esto. Tú moriste antes en mis brazos en este mismo lugar que estamos ahora y no me dejaste decirte la tristeza que invadió mi corazón por tomar tan drástica decisión, pero ahora lo sabes, y eso me da tranquilidad. Eres un gran Santo. Shura y Camus, ustedes también lo son, agradezco profundamente su valentía. Y por mi parte les voy a decir a los tres que jamás los llamaré traidores por usar la técnica prohibida. Al contrario, les prometo que ya se librarán muy pronto de la carga y el dolor que tanto los agobia...

- ¿Qué dice? No me pida semejante cosa... ¡jamás podría hacerlo!

No pude evitar que se me cayeran las lágrimas. Necesitaba mantenerme firme en mi decisión... Fui momentáneamente feliz por sentir nuevamente ese cosmos cálido y noble que extrañaba tanto contemplar, y me conformé con eso. No deje pasar más tiempo. Le quité la daga de sus manos y rápidamente me traspasé el cuello. Así es. Me suicidé, tal cual como él lo hizo, delante de sus ojos.

- Quizá tú fuiste quien me inspiró a hacer esto, pero ahora las cosas son diferentes, Saga. Tú lo hiciste por estar avergonzado de algo que jamás estuvo en tu voluntad de hacer. Yo lo hago por el amor y fe que tengo por la humanidad y por sobre todas las cosas, para guiarlos hacia la luz que iluminen sus vidas hasta el final. Cree en ello.

Saori Kido - Relato de una diosaWhere stories live. Discover now