Confesión y perdón

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Cuando mi descanso finaliza, ya por la noche, me encuentro nuevamente a Kanon, esta vez sano y salvo. Aprovechando que estábamos solos, decidí intercambiar algunas palabras con él.

- Hola, Kanon. ¿Cómo te sientes hoy?

- Estoy bien. Le agradezco los cuidados señorita y sobre todo haberme perdonado, cuando en realidad lo que merecía era la muerte.

- Descuida, no te preocupes. Sin rencores, quiero que ahora miremos adelante, ya que la Guerra Santa con el verdadero enemigo, es decir Hades, va a dar inicio en cualquier momento y necesito la mayor cantidad de aliados posibles.

- Disculpe mi atrevimiento. Eso significa que... ¿Portaré la Cloth de Géminis, la que originalmente le pertenecía a mi hermano Saga?

Algo se disparó en mí cuando lo mencionó a el, y como ahora soy una mujer que hace caso a sus impulsos, pensé en hacerle algunas preguntas. Sé que no me corresponde hacerlo, pero, en estos momentos me urge saber porque Saga era una persona tan "especial" y diferente del resto de los Santos de Oro.

Con un poco de vergüenza, lo admito, di inicio a mi interrogatorio, porque mi corazón así lo quería. Jamás comprendí el interés grande que sentía por ese ser humano que lamentablemente ya no estaba más entre nosotros.

- Kanon, sé que esto poco y nada tiene que ver con lo que estamos hablando, pero... ¿me responderías algunas preguntas?

- Por supuesto, la escucho.

- ¿Tú eras consciente del desdoblamiento de personalidad de Saga, y que también intentó tomar mi vida cuando era una infante, no?

- Si señorita. Yo estoy al tanto de lo que causó mi hermano en el Santuario.

- Comprendo. Pero Kanon, te siento raro, como si tuvieras nervios. ¿Te pasa algo?

- Iré directo al grano y le contaré la verdad, ¿okey? Saga no merecía morir. Mas allá que su alma fue purificada, seguramente pensó que su presencia era indigna ante usted, o que seguiría haciéndole daño, por eso acabó con su vida. Es cierto que cometió muchos crímenes y muchos Santos sufrieron y murieron por su ambición. Pero todo eso lo hizo bajo la influencia de otro dios. Un dios aliado de Hades que quiso jugar con su destino. Y esa contraparte malvada, que en aquellos tiempos aún dormía dentro de él, despertó ante mis ojos, provocando mis risas.

Me sentía helada, como si no corriera sangre en mis venas, pero mi compostura ante tal confesión seguía todavía firme.

- Por favor continúa.

- Él jamás le hubiera puesto una mano encima. Si era un ser de luz, muy querido en toda Grecia, la población lo admiraba fervientemente. Tan así, que él fue el candidato potencial a Papa del Santuario, por su exceso de bondad y humildad, también poseía el poder adecuado para ello por ser el Santo de Oro con más edad del Santuario. Algunos hasta lo llamaban "la reencarnación de dios".

Mientras seguía en su declaración, la voz de Kanon comenzaba a quebrar, ante mi mirada de desconcierto y asombro.

- ¿Sabe qué fue lo más triste para mí señorita? Que yo crecí excluído del Santuario, nadie sabía de mi existencia, ni mucho menos tenía la atención de la que mi hermano mayor gozaba tanto. He sido su sombra por bastantes años... Me entrené solo, imité sus técnicas hasta aprenderlas y hacerlas propias. Pero lamentablemente con el tiempo, el odio empezó a crecer en mí. Y un Saga muy indignado me golpea y posteriormente me encierra en la prisión de agua para intentar que recapacite de mis palabras. Pero todo, todo fue inútil señorita Saori... (llantos)

- Por favor, no llores Kanon. Gracias por tus palabras. Aprecio muchísimo tu honestidad, en serio. Te agradezco que hayas compartido todo esto conmigo.

- Pero... ¿cómo es que puede ser tan bondadosa conmigo? ¡yo fui el causante de muchas desgracias! Usted me conmueve tanto...

- Jamás usaría mi condición de diosa para castigarte. Un dios no tiene el derecho de juzgar los errores humanos. El perdón es lo único que alivia el alma y sana el corazón. Conviertete en un Santo de la justicia. Hazlo por tí, pero también por Saga. ¡Haz que se sienta orgulloso! ¿Vale?

- ¡Claro que sí! Gracias señora por esta oportunidad para remediar mis errores.

En ese momento me acerco hacia él, tomo sus manos, las aprieto firmemente, y con una sonrisa le entregué la Cloth de Oro de Géminis. Kanon ya se había convertido oficialmente en el guardián de la tercera casa del Zodíaco.

Saori Kido - Relato de una diosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora