Amor y odio

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Cara a cara con el dios del Inframundo, después de 243 años. Por fin el momento llegó. Después de unos cuantos forcejeos y golpes, comienzo a cuestionar su concepto de justicia. Éste, orgulloso y testarudo, me contestaba:

- ¿Porqué te empeñas tanto en proteger a los humanos? Guerra tras guerra obstaculizas mi invasión a la Tierra. Eres Atena ¿comprendes? ¡Es terrible que te pongas departe de ellos cuando sabes bien el mal que le causan a este mundo!

- Tú tampoco tienes el derecho de tomar almas humanas y hacerlas sufrir por toda la eternidad... debería darte vergüenza, Hades. ¡Mientras yo esté aquí, jamás podrás salirte con la tuya!

- ¡Cállate! Esta discusión es inútil. Al parecer no podré hacerte cambiar de opinión. Si tanto amas a los humanos, bueno entonces demuéstralo... ¡Muere por ellos!

Antes de que Hades me ataque, Seiya se interpone en el ataque de su espada y la recibe en su pecho. Otra vez las lágrimas nuevamente empiezan a brotar de mis ojos. Bajé la guardia cuando menos lo esperé. Como pasó aquella vez con Saga, ahora Seiya era herido de gravedad delante de mi nariz. Hades me miraba con desprecio, burlándose de mi llanto.

- Estás tan contagiada de estupidez Atena... Llorar por ese maldito miserable. ¡Ni siquiera te diste cuenta que perdiste una oportunidad de oro para darme el golpe de gracia!

El decirle miserable a un ser humano que no titubeó un segundo en usar su cuerpo como escudo para salvar mi vida, fue una ofensa muy grande para mí, que he velado por todos ellos desde tiempos ancestrales. Una explosión de ira mezclada con un llanto sincero fue el desencadenante de un cóctel mortal para el dios del inframundo.

- ¡¡MALDITO!! Ahora comprobarás el poder del amor, el cual los humanos gozan tener. ¡¡Observa muy bien, mira de lo que es capaz de hacer!!

Mi cosmoenergía se elevó a niveles nunca vistos. Había muchas cuentas por saldar, muchas almas esperando por justicia. Tomé mi báculo dorado y con mi golpe final estaba lista para terminar con todo esto. Por todos mis Santos, por la humanidad y por la Tierra que tanto amo y anhelo.

Saori Kido - Relato de una diosaWhere stories live. Discover now