Jamás, Scarlett. (Promises #1)

Capítulo 7: Esto no se quedará así.

¡Hola! Les quería comentar que estoy participando del concurso de San Valentin 2019 de Wattpad, y escribí una historia de un solo capítulo especialmente para ello que me gustaría que lean, así que si les gustan mis novelas y tienen ganas, se llama Chica odio, Chico amor y ya está disponible en mi perfil. Sin más que decir, disfruten el capítulo.

Capítulo 7: Esto no se quedará así.

Como todas las cosas buenas que existen en esta vida, como ejemplo, la comida y las series, el fin de semana llegó a su fin, por lo que nos encontrábamos en la mañana del lunes. Hoy comenzaba mi "pesadilla de una semana".

Como cualquier día normal, caminé hasta la escuela, pero puse especial atención y esfuerzo en llegar temprano esta vez, así que, milagrosa e increíblemente, traspaso el umbral de la puerta principal unos cuatro minutos antes de que suene el timbre. Comencé a mirar y buscar con la mirada a mis amigas, hasta que las encontré, dándome la espalda, pero el fosforescente cabello de Ariel y los puntiagudos stilettos de Tayce fueron suficiente para reconocerlas.

- ¡No tan buenos días, perras! - saludé amablemente.

Cuando se dieron la vuelta, caí en cuenta que no solo les había dicho perras a mis mejores amigas, si no también a dos chicas mas con quienes entablaban una conversación. Les di una buena, pero creo que disimulada, ojeada, y definitivamente, jamás las había visto antes. Por lo que asumí que eran nuevas, ¿Quién demonios comienza un curso una semana después? Las dos lucían como modelos de Victoria's Secret sin duda, y por su increíble parecido, me atrevía a apostar...

¿No te parecen demasiadas apuestas, Scarlett? Al fondo, conciencia, estoy tratando de ser narrativa aquí.

Como decía, podría apostar que eran gemelas, o por lo menos hermanas. Portaban el mismo cabello marrón, y los mismos inoptizantes ojos azules. Las dos también poseían unos cuerpos de infarto, delgados pero bien atribuidos y trabajados al parecer, por lo menos de una de ellas. Por todo esto último, mi ego estaba en un espacio inframundico, es decir muy muy abajo por el nivel del piso, y mi envidia el cielo, claramente.

Cabe destacar que aún con su enorme parecido, las diferencias entre ellas eran más que llamativas. Mientras una iba con una pollera acampanada blanca y un top de encaje rosado, acompañados de unos stilettos del mismo color y varias piezas de joyería, con su pelo perfectamente arreglado en ondas, su maquillaje, aunque muy natural, presente, y su genial postura (ni hablar de su enorme y blanca sonrisa), la otra tenía un estilo más simple, unos shorts de jean un poco desgastados, con una simple musculosa negra y unas Vans negras, se notaba, aunque este era precioso, que su cabello permanecía en su forma natural, lacio al principio, largo y con ondas al final, lo único distinto de este era su notable degradado a rubio en el final, no portaba nada de joyería, y por lo que se puede deducir, ni una gota de maquillaje.

- Hola, porrista. No me enteré de que la cafetería estuviese regalando desayuno gratis a los que llegaban antes del timbre. ¿Que haces aquí? - curioseó Tay, además de claramente burlarse de mi estúpido nuevo apodo. Muere, perra.

- Buenos días, Lett. Estábamos hablando con Charlotte y Jasmine, acaban de llegar ayer a la ciudad desde Hungría. - me fulminó con una mirada Ariel, indicándome que sea amable, o lo más amable que puede ser Scarlett Carter a las ocho de la mañana.

- Desde ahora, Charlie, o Lotte. No soporto Charlotte. - pidió "Charlie" burlonamente, falsamente enojada, ganándose una mirada bastante asesina de su, supongo, hermana.