Jamás, Scarlett. (Promises #1)

Capítulo 4: Primer paso.

¡Hola! Les quería comentar que estoy participando del concurso de San Valentin 2019 de Wattpad, y escribí una historia de un solo capítulo especialmente para ello que me gustaría que lean, así que si les gustan mis novelas y tienen ganas, se llama Chica odio, Chico amor y ya está disponible en mi perfil. Sin más que decir, disfruten el capítulo.

Capítulo 4: Primer paso.

08:15 am.

Es viernes, ¡GRACIAS A DIOS! El esperado y adorado último día de levantarme temprano por esta semana. Seguí la ya súper conocida rutina de siempre, incluyendo caminar a la escuela y llegar tarde, por supuesto, la rutina. Ya me acostumbré a encontrar al director esperandome todos los días en la puerta.

- Buenos días, srta. Carter. Tarde, denuevo, usted... - empezó con su habitual sermón.

- Lo sé, castigo, toda semana. Ahora permiso, llego tarde a Matemática. - aunque bueno, no me molestaría llegar tarde a esa clase en particular. Luego de repetir el discurso de memoria, empecé a caminar hacia adentro, pero fue bastante grande mi sorpresa cuando me tomó del brazo y sonrió.

- Sí, pero el castigo de la próxima semana será un poco diferente al regular... - esto comenzó a asustarme. - La próxima semana dará lugar el primer partido de fútbol de la temporada, y una de nuestras animadoras se encuentra lesionada, por lo que usted la va a cubrir en la práctica toda la semana y luego en el juego del sábado.

QUÉ. DEMONIOS. ESTA. DICIENDO.

QUÉ.

QUÉ.

QUÉ.

Lo miré asustada, esperando encontrar en su cara alguna expresión que determinara que esta pesadilla era una broma, pero su cara contaba una historia distinta, lo que el desquiciado hombre acababa de decir, era la pura verdad.

Matenme.

Liberó mi brazo y sin emitir ni una sola palabra más, se adentró en la escuela. Cuando estaba por seguirlo y probablemente perder mi dignidad rogando, escuché una risa. Conozco esa risa (¿deja vú?), por lo que me di vuelta.

-¿DE QUÉ DEMONIOS TE RÍES, PEDAZO DE IMBÉCIL? - le grité enojada.

- Solamente estoy imaginándote en un pequeñísimo diminuto uniforme de porrista, bailando y animándome, y lo estoy amando. - mordió su labio.

-Oh, no vas a poder ver eso, porque estoy segura que voy a golpearte hasta que se te caigan los ojos, o te mataré antes. - le escupí.

- Me encantan tus pensamientos inocentes, eres tan graciosa. Me gusta eso. De hecho, me gustas tú. - me sonrió coqueto.

- A mi también me gustas. - el brillo de la confusión pasó como una estrella fugaz por sus oceánicos ojos. - me gustaría que te mueras. - le sonreí tiernamente y obviamente falsamente.

Entré a la escuela y caminé hasta la clase de matemática sintiendo sus pasos justo detrás mio. Nos miramos, y sentí el deja-vú. Supongo que el también lo sintió, porque esta vez no tuvimos la "batalla de ojos" para decidir, y simplemente el decidió abrir la puerta y hablar con el profesor. Cuando, después de varias amenazas, nos dejó entrar, caminé hacia mi lugar usual al lado de Ariel, decisión inteligente si me preguntan, ella es la mejor en matemática.

- Creo que ustedes dos llegando tarde juntos se está volviendo una tradición.

- Por favor, ni lo menciones. Y lo peor esta por venir...

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- ¡Estaremos juntas en el equipo!

- ¿Qué demonios vas a hacer al respecto?