Betsy 1

11.5K 313 8
                                    

Abro los ojos y ya. Definitivamente no podré volver a dormirme.

Siempre es lo mismo. Quejidos, gemidos, risas, olor a semen, botellas de alcohol regadas por toda la sala, y un milímetro más grande el hueco de mi hermana.

¿Acaso no le duele? ¿No tiene conciencia que puede quedar embarazada y no saber de quién? No, ella nunca piensa.

Todas las noches veo un chico diferente, menos los viernes. Los viernes llega el guapo escultural y adonis BEN CARSON. ¿Todos se preguntan porque no salgo los viernes? Ok, no. Nunca nadie se pregunta, porque yo nunca salgo.

Golpeo fuerte la pared, que por desgracia es junto a la cama de Barbie.

-¡PARA YA DE FOLLAR! ¡MALDITA SEA! Un día de estos se meterán tanto en ti, que quedarán atrapados en tu maldito agujero y morirás de una infección. –Estoy tan cabreada, tengo sueño, mañana tengo examen, y hoy no es viernes feliz. Así que sí, quiero romperle la cara a mi hermana y dormir tranquila.

Oigo que la cama deja de sonar, y se quedan en silencio. ¿Me habrá escuchado? Tuerzo los ojos y vuelvo a dormirme.

-¡Abre la maldita puerta! -¿Qué? ¿Acaso está molesta conmigo la reina? ¡Lo que faltaba!

-Vete al diablo, maldita ninfómana. –le grito y me tapo la cara con la almohada.

Escucho un estruendo y me sobresalto. Mi puerta cae al suelo y mi hermana, recién follada, en bragas y una camisa de quien sea que fuese el tipo entra y me tira mi colcha al suelo.

-¿Qué has dicho? –me grita.

-Que eres una ninfómana y que has de tener un hueco tan grande que… -Soy jalada de los pelos por la ninfómana hasta el patio principal.

-¡SUELTAME! ¡SUELTAME! –Quiero salirme de su agarre pero es inútil. Su señor de compañía me alza y me lleva en el hombro para facilitarle la escenita sin fuerza.

-¡BAJAME! ¡MALDITA SEA BARBIE! ¡DILE QUE ME BAJE! –le grito mientras trato de hacerle daño al tipo musculoso, que por cierto tiene unas lindas nalgas. Y no me tengo que quejar porque tengo una buena vista desde aquí.

-Así que…. Soy una ninfómana, tengo un agujero tan grande que un día se van a quedar todos atrapados y moriré de una infección y…. –se pone el dedo en la boca pensativa y ladea la cabeza. -¿Qué más Be?

-Y si vives no podrás ir al baño. –digo desde arriba, pero arrepentida, Barbie es vengativa y no quiero pensar siquiera en todo lo que está pensando hacerme.

Asiente pensativa y se pavonea alrededor de nosotros. El musculoso y yo.

-Creo que voy a satisfacer tu deseo de mojarte. -¿Qué? ¿No pensara hacerme…. NO, NO. No quiero pensarlo. –Bájala Benny –El musculoso ha tenido nombre.

-¿Sabes Be? –se pone las manos en la cintura, tan típico en ella. –A veces me das pena. Pero... –hace un puchero y me mira de arriba hacia abajo. –Más pena me daría ser tú.

Estoy tan molesta que tengo mis nudillos bien apretados y mi respiración acelerada.

-¿Qué crees que podríamos hacerle Benny? –Dice la golfa aún con sus pucheros.

Benny me observa toda. ¡TODA! Y me siento incómoda. –Tiene lindas piernas. –Lo observo aún más incómoda y trato inútilmente de taparme las piernas, pero es aún más inútil porque solo llevo un maldito cachetero y una camisa gigante y sin sostén.

-¿Y que hay con eso? –La golfa tuerce los ojos. –Ni que la fuéramos a prostituir o algo parecido. –Pero en ese mismo instante Benny la mira a Barbie y viceversa. Como si una idea se les hubiera ocurrido a ambos. Como si su pensamiento se tele transportó al mismo instante. Entro en pánico de no saber las jugadas de Barbie, y lo que puede ser capaz.

-Que descanses Betsy. – ¿Así? ¿Nada más? Se dio la vuelta y se fue junto con el musculoso.

Me quedo ahí parada, en medio patio, semidesnuda y con un miedo infinito. ¿Tengo que estar preparada para mi propia hermana? Tengo aún más miedo de eso. Mi respiración se acelera tanto y empiezo a sudar. ¿Cómo se supone que voy a subir a mi habitación? ¿Cómo se supone siquiera que voy a dormir? El césped aligera mi caída y me quedo mirando las estrellas. Quizá este sea un buen lugar para dormir. Al menos aquí la gente me escucharía. No quiero pensar más. No lo haré. Cierro los ojos y entro en un sueño profundo…. Con imágenes de musculosos, golfas y ¿penes? ¡Oh por Dios! Mejor me dormiré. Suspiro y Adiós. 

LAS GEMELAS McDylanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora