PARTE 68

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CAPÍTULO 59
Mi querido Charlie: ¡Adiós Roy!

Porque has librado mi alma de la muerte,Y mis pies de caída,Para que ande delante de DiosEn la luz de los que viven.
Salmos 56:13

Miércoles 25 de abril del 2018.

Estaba bien cansado, iba en el auto rumbo a casa, después de un día estresante en la universidad merecía un descanso, aunque sabía que eso no iba a pasar en ningún momento. Al llegar a casa parecía que no había nadie, pero no era así, estaba Kate de pie frente al comedor, la rodeé con el brazo, le di un beso en la mejilla y le dije.

─¿Cómo estás princesa?

─¡Con hambre!

─Ya me imagino.

Kate se sentó en una silla, mientras caminé hacia la nevera, saqué una bebida y observé que no habían hecho nada para comer, esto era como un tipo de tortura para Kate, ella no sabía cocinar y para rematar estaba muy cansada como para echarlo a perder.

─¡Tus padres vendrán tarde me imagino!

─Pues sí, están arreglando algunos pequeños detalles para la noche de cine de este sábado.

─¡Que mal por ti! Yo iré a casa de Charlie, bueno, a su mansión; han planeado una cena familiar ─le dije a Kate─. ¿Quieres ir?

─¿No es una cena familiar?

─¡Claro! Eres parte de mi familia, eres mi novia.

─¿Soy tu qué? ─me preguntó en voz baja.

─Te encanta que te diga que eres mi novia ─le dije─. Ya, salgamos de aquí.

Kate se levantó de la silla en donde estaba, caminó hacia la puerta, busqué una chaqueta para mí y un abrigo para Kate, salí de la casa y al voltearme tremenda sorpresa me llevé.

─¡Qué onda familia! ¿me dan un aventón? ─preguntó Rolly.

─¿Y tu auto? ─le preguntó Kate.

─Él no va en auto ─le dije.

─Mis negocios son en el aire, cuando llego al suelo tengo chóferes privados, por otro lado, me gusta caminar ─le respondió Rolly─. Estaba cerca y quería que me llevaras a mi casa.

─¡Claro! Está cerca de a donde vamos, puedo dejarte en tu casa.

Kate decidió sentarse atrás, antes de que Kate abriera la puerta del auto corrí brevemente hacia allá y le abrí la puerta para que entrara. Luego de eso entré al auto, Rolly también había entrado, él se sentó en el asiento del copiloto, mientras conducía el auto los tres tuvimos una conversación.

─¿Por qué la conquistas si ya es tu novia? ─me preguntó él.

─Es mi novia, ¿por qué no seguir conquistándola?

─¿Tan difícil se te hace?

Él creyó que era tarea dura, pero en realidad era algo muy sencillo de hacer.

Los Tres Deseos De La Muerte ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon