PARTE 61

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CAPÍTULO 53
Paz y Salvo

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Marcos 9:23

Giré mi cabeza y lo vi allí sentando en la sala de espera, ¿qué rayos hace él aquí? Me pregunté.

─Oiga pastor, regreso un momento ─le dije.

Él me tomó de la mano y dijo.

─Aún no me has respondido.

─¿Me daría tiempo de pensarlo? ─le pregunté.

─Está bien, JD, ve con tu amigo.

Le hice caso al pastor, obviamente él lo había notado, caminé hacia él, lo vi completamente destrozado llorando en una banca sin consolación, me partía el corazón verlo así.

─Oye Teddy ¿qué te pasó? Creí que luna de miel era hasta finales de febrero, ¿qué haces aquí?

─Pues Susan y yo por fin lo hicimos.

─Sé que es lo primero que dices, pero, es mucha información ─le dije─. Además, si por fin lo hicieron, ¿por qué estás llorando? ¿no deberías estar alegre?

─La verdad, me ayudaste a acercarme más al Señor y eso me hizo entender que el sexo realmente no era lo importante en mi relación.

─Pero... ─le dije.

─Pero al final lo hicimos, siempre con la debida protección, Susan se encargaba de eso, ella siempre trataba de ser muy cuidadosa.

─Bendito sea Dios por una mujer como Susan, porque mira que ese mejor amigo que tengo es bien estúpido, es más estúpido que Maduro.

─Jajajajaja, oye no te pases, ¿más que maduro...? ─dijo Teddy riendo─. En fin, sucede que hace un par de días Susan se desmayó, al llevarla a una clínica de Florida nos dijeron que tenía las defensas bajas por la falta de alimentación.

─Si eso fue hace unos días, ¿por qué lloras hoy?

─Ayer en la noche vi en las bolsas de basura un condón roto y me alarmé, le dije a Susan y ambos decidimos viajar a Austin y hacernos unos chequeos. ─Teddy seguía llorando, eso realmente me afectaba a mí, él era mi mejor amigo─. No quiero morirme.

─Jeje, eso es estúpido, según tu concepto te casaste con una mujer condenada a muerte, pero todos lo estamos ─le dije a Teddy─. Yo podría salir del hospital y terminar muerto porque me atropelle un auto, o puede caerme un pedazo de loza encima, o cualquier otra cosa, o sea, el día de mañana no es prometido para nadie. (Mateo 6:34)

─En parte tienes razón.

─¿Sabes? Yo digo que no estás enfermo y que Susan tampoco está enferma, ambos están sanos y salvos ─dije con una sonrisa en el rostro─. No podemos echarnos a morir por los diagnósticos de los doctores, Dios tiene la última palabra. (Proverbios 16:1)

─¿Cómo puedes ser tan optimista?

─Dice su palabra que debemos declarar las cosas que no son como si fuesen. (Romanos 4:17) ─le dije a Teddy─. No pierdas la fe.

Los Tres Deseos De La Muerte ©Where stories live. Discover now