PARTE FINAL

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CAPITULO FINAL
Ojos Abiertos Parte 2:
¡Lo Que Se Oculta Entre El Cielo y La Tierra!

El que sigue la justicia y la misericordia Hallará la vida, la justicia y la honra. Tomó el sabio la ciudad de los fuertes, Y derribó la fuerza en que ella confiaba. El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Proverbios 21:21-23

En el infierno.

Aparecí en un lugar muy deteriorado, era como una ciudad en ruinas, una ciudad que se incendiaba, un olor a azufre muy fuerte; por los cielos había seres con apariencia de humanos, pero con un aspecto demoníaco, las personas gritaban, eran gritos de tormento los que se oían. Me giré buscando a Abadón.

─¡Abadón! ─grité.

Y nadie me contestó y él parecía que no estaba allí. Me eché a correr por todo el lugar, pero no había escapatoria alguna. A lo lejos se veía un círculo de personas gritando todas.

─¡Oh Satanás, que se haga tu voluntad allá en la tierra como aquí en el infierno! ─Lo decían una y otra vez, lo repetían constantemente. Tan sólo me preguntaba, ¿por qué Abadón me dejaría sólo aquí en el infierno?

Yo seguía corriendo por todo el lugar, encontré a una chica que parecía que estaba sufriendo, el fuego del infierno la estaca calcinando.

─¡Yo decía que tenía que ser mala porque los demás eran malos conmigo, me hice mala y ahora mírame!

Se podían escuchar sus gritos de dolor, es como si yo mismo sufriera lo que ella sufría. No podía quedarme allí, seguí corriendo por todo el lugar y vi a un chico que estaba siendo torturado por demonios.

─¡Amigo escúchame, no te eches con varones, no sientas que Dios te tiene que aceptar como eres! ─El chico gritaba y lloraba, yo no podía hacer nada─. ¡Muérete, niégate a ti mismo, es la mayor salida! (Mateo 16:24)

No podía seguir contemplando tanto sufrimiento, yo seguí corriendo por todo el infierno en busca de una salida; en lo alto pude ver el cuerpo de Harry colgado, yo me di media vuelta, no podía creer lo que veía; por otro lado, estaba Max drogándose como al principio, corrí e intenté detenerlo, pero mi cuerpo lo atravesó.

─Jamás debiste apartarme de esto ─me decía Max.

Me giré y corrí velozmente, de repente se me apareció mi abuelo al frente de mí.

─¡Tú me viste! Me viste y no hiciste nada, me dejaste morir, eres cruel ─me dijo.

─¡No lo soy!

Me volteé y estaban el resto de mis amigos parados frente a mí, todos sin ojos y mucha sangre a su alrededor.

─¡Esto no es real, JD, esto no es real! ─me repetía a mí mismo una y otra vez─. No merezco esto.

─Sí lo mereces. ─Esa voz, la había escuchado pocas veces, pero jamás la olvidaría─. Mereces pudrirte aquí por haber arruinado mis planes. ─Era el diablo muy furioso, él venía caminando hacia mí con mucho odio en su rostro─. Este era el destino de todos tus amigos.

─Claro que no, Dios no quiere a nadie en el infierno ─le dije al diablo. (1 Timoteo 2:3-4)

─Eso es lo que tú piensas, pero dime, ¿qué hay de Dinn y Glenn? Ellos murieron por tu culpa.

Los Tres Deseos De La Muerte ©Where stories live. Discover now