CINCUENTA Y CINCO

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Amy.

—¿Has decidido no ser homosexual?— fue lo primero que dijo su padre cuando lo miró de reojo por encima del periódico que estaba leyendo.

Tony me apretó la mano con fuerza.

—¿Tú has decidido seguir siendo un gilipollas?— dijo Tony de pronto con toda la seguridad del mundo, cosa que me impresionó en él, aún así sonreí.

El padre me miró fijamemte y yo claramente le aguanté la mirada.

—¿Has tenido que venir acompañado para hablarme?— cerró el periódico y se levantó del sofá mientras se subía los pantalones.
—¿Pedro?— se oyó la voz de una mujer de pronto— ¿qué pasa?— una mujer apareció por la puerta que estaba cerrada del salón y tras mirarnos, al ver a Tony se llevó las manos a la boca y vino corriendo hacia él para abrazarle.

—Tony...— le llamó en un susurro.
—Mamá...— dijo el con una sonrisa entristecida.
—¿Has venido para quedarte?— dijo ella separándose del abrazo mientras le miraba con ilusión.
—Más bien para hablar— le cambió la voz de repente.

Su madre se apartó y miró a su marido quien estaba de brazos cruzados, después me miró a mí y me cogió de la mano con delicadeza.

—Dejémoslos solos, es lo mejor— me dijo serenamente y tiró de mi hacia la habitación de dónde había salido.

Tony.

Le di gracias a mi madre que se llevase a Amy con ella, mi padre tras estar solos, se quitó el cinturón y comenzó a darse pequeños toques con el cinturón en la palma de la mano que tenía libre.

Rodeé los ojos cansado, mi padre siempre solucionaba las cosas dando latigazos con el cinturón y sobre todo, se hinchó conmigo cuando confesé que era homosexual.

—¿Así es como los heteros solucionáis las cosas?— dije casi riéndome.

El me miró desconcertado, aún así no dejó de agarrar el cinturón.

—Vengo a hablar y parece ser que lo único que voy a conseguir es otro latigazo de tu parte— suspiré cansado— ¿sabes cuántas cicatrices tengo ya en la espalda?— me crucé de brazos.
—Si sabías las consecuencias, por qué vienes— dijo fríamente.
—¿No es lógico?— me reí sin ganas.

Una cosa tenía clara, si no iba a hablar con el por las buenas, iba a ser por las malas...

Como era de esperar, intentó abalanzarse sobre mi con el cinturón tras él para coger impulso y darme un latigazo, pero, está vez no iba a ser así.
Lo esquivé fácilmente y lo agarré para acabar enrollándolo en su cuello fuertemente.

—Me aggghh— dijo agarrándose el cinturón para soltarse, pero fue un intento nulo.
—Dime papaito— le susurré al oído— ¿Vamos a hacer las paces?— él negó, así que le apreté el cinturón más fuerte y soltó un pequeño grito ahogado— te repito, ¿Vamos a hacer las paces?— esta vez asintió rápidamente— que sepas que si dices algo sobre esto, te puedo hacer la vida muy imposible— sonreí y me aparté de él dejándolo respirar costosamente.

Lo miré con superioridad y él sólo se limitó a recoger aire mientras se intentaba incorporar.

Amy.

—Catrina, no llore— intenté consolarla cuando comenzó a contarme cómo sucedió todo, cuando Tony y su padre comenzaron a llevarse como el perro y el gato y cuándo él desapareció de casa.
—Fue muy duro Amy— dijo sollozando— encontrarte una carta de despedida sobre su cama y que a tu marido le de igual lo que le pase...— se sorbió los mocos.
—Pero, él ya vino aquí para solucionar las cosas— sonreí— seguro que saldrá todo bien Catrina.

Ella me miró ya un poco más calmada y sonriente.

Llamaron a la puerta y la abrieron.

—Mi misión ha sido completada— dijo Tony dirigiéndose hacia nosotras— Ya podemos irnos— me tendió la mano.

La madre se quedó sorprendida.

—Pero, ¿no os vais a quedar a comer?— dijo aún sin salir de su asombro— ¡esto hay que celebrarlo!— dijo ilusionada.
—Mamá he de irme al trabajo— le dijo Tony mientras le besaba la frente— Amy también tiene que trabajar, pero te prometo que mañana venimos a comer— le sonrió.

La madre le abrazó y después me abrazó a mí.

—Gracias— me susurró al oído.

Yo sólo me limité a sonreír en respuesta, no me atrevía a decirle nada después de verla tan felíz.

Finalmente, salimos de la casa y nos dirigimos hacia nuestros respectivos trabajos, pero, después de que Catrina me contase que el padre de Tony le daba con el cinturón cuando algo no le parecía bien, ¿cómo hs conseguido la reconciliación?

Algo me ocultaba Tony...

A través de la ventana [RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora