CUARENTA Y DOS

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Zuro.

Me desperté cuando mi vejiga no podía aguantar más y corriendo me dirigí al baño. Suspiré aliviado una vez que me vacié por dentro y me dirigí con un bostezo sonoro hacia la puerta de Amy, me asomé por el agujero de la puerta y la vi aún en la cama tapada hasta la cabeza, sonreí al verla en casa, segura y bajé hacia la cocina para preparar el desayuno.

Mientras que preparaba las cosas, miré el reloj de la cocina y vi que eran las diez de la mañana, conociendo a Amy, sabía perfectamente que se levantaría sobre las tres de la tarde o cuatro y más cuando estaba enfadada conmigo.

Suspiré y con mi desayuno me dirigí hacia el sofá, pero me quedé de pie al verlo ahí sentado con la cara hinchada mirando fijamente hacia la televisión apagada.

—¿Qué haces aquí?— le pregunté realmente desconcertado.
—Vengo a decirte que vi a tu hermana por la noche en una discoteca— dijo sin mirarme a la cara.

Abrí los ojos y sin querer tiré al suelo el desayuno, haciendo que este me mirase fijamente.

—¿Qué?— le pregunté sin creérmelo— tío, vale que me pasara al última vez, pero Amy está en la cama durmiendo— sonreí para quitarle importancia y me conciencié de que sólo me lo decía por venganza, pero cuando lo vi mirarme de esa manera supe que no estaba de broma.

Sin pensarlo, me dirigí corriendo hacia la habitación y abrí de un portazo haciendo finalmente la puerta añicos y quité las sábanas de golpe para después darme cuenta que sólo eran cojines y algún que otro peluche.

—¿Me crees ahora?— oí detrás de mí.
—¿Con quién estaba?— me giré para verle.
—Con aquel chico que la acompañó a vuestra casa cuando la reunión— se apoyó en el quicio de la puerta.

Intenté contener la respiración.

—Por lo que dijeron mis amigos me peleé con él y acabé inconsciente— suspiró— ese chico es muy fuerte Zuro y por lo que se ve no va a dejar a Amy por más que lo impidamos.

Lo miré entre abatido, furioso e intranquilo.

—Tio lo siento por lo de la última vez no sabía nada— fue lo primero que le dije.
—Eso ya no importa— se encogió de hombros restándole importancia— Amy era nuestro objetivo de la reunión y se nos está yendo de las manos— se sacó un cigarro del bolsillo y se lo colocó en los labios.

Suspiré algo más tranquilo por la reconciliación de amistad entre Sanji y yo, pero aún así no me quité de la cabeza a mi hermana.

—Creo que te debe más de una explicación— se encendió el cigarro para después señalarme con los ojos hacia la ventana.

Me giré.

Amy.

—Amy Smith Letto— oí mi nombre al completo cuando ni había apoyado el pie en la ventana.

Dejé a Zael sólo en el hotel dejándole una nota con mi número de teléfono ya que nunca me dio el suyo y me fui corriendo hacia mi casa pensando que a lo mejor mi hermano estaría durmiendo aún y que Sanji no le había dado tiempo a decirle nada, pero por lo que vi, todos mis pensamientos fueron erróneos.

Zuro me abrió la ventana de golpe y me arrastró hacia el interior sentándome en la silla del escritorio.

—¿Has estado con el chico ese?— me preguntó subiendo demasiado el tono.

Miré a Sanji quien tenía toda la cara llena de ematomas e hinchazones y este sin más se dio la vuelta para irse de allí.

—Si— contesté sin más.
—¿Y te parece bonito escaparte?— me dijo completamente sorprendido.
—¿Y a tí te parece bonito romperme la puerta?— la señalé ya que vi que estaba peor que antes.
—Amy, no me toques los huevos— me miró fijamente— eres la única de la familia que tengo e intento protegerte, ¿es que no lo entiendes?— se tiró del pelo.
—Protegerme no es vigilarme todo lo que hago o lo que dejo de hacer Zuro— intentaba sonar calmada, pero se me hacía imposible— me agobiáis Zuro, tú y tus dichosos amigos, ¿no tenéis otra cosa que hacer que vigilarme?— hice una pausa pa coger aire— me tenéis hasta el coño, no me dejáis vivir— me levanté de la silla— Si mamá estuviese aquí ya te hubiese regañado y mandado a tu habitación por hacerme enfadar— lo miré enfurecida.
—¡SI TU NO HUBIESES SALIDO A LA CARRETERA A COGER LA DICHOSA PELOTA, MAMÁ NO HUBIERA MUERTO!— gritó con todas sus fuerzas con lágrimas en sus ojos.

Me quedé en el sitio mirándole perpleja, ¿qué está diciendo?, ¿yo fui la causante de la muerte de mamá?

Las lágrimas de la culpabilidad y rabia, salieron a flote una a una, recorriendo mis mejillas.

—Amy, no, no quería...— lo corté.
—Zuro, vete— le ordené entre lágrimas.
—Amy, no es lo que...
—¡ZURO, LÁRGATE!— me sorbí los mocos— ¡VETE, DESAPARECE, MUÉRETE, NO QUIERO VERTE EN MI VIDA! ¡¿ME OYES?!— lloré aún más— ¡FUERA!— grité tan alto y con tanta rabia que incluso la garganta me dolió.

Se quedó estático en el sitio mirándome con lágrimas en los ojos.

—Amy, no sabes lo que dices...— dijo tembloroso.
—Zuro— me armé de valor— Si no te largas, me voy yo— me sequé las lágrimas.

Vi que seguía sin moverse.

—No te quiero ver en mi puta vida— le hundí el dedo en medio del pecho— olvídate de mí Zuro— dije dirigiéndome hacia la puerta— para ti, he muerto— y bajé las escaleras corriendo, y al estar frente a la puerta de la casa, la abrí y cerré de un portazo para después salir corriendo de allí.

Hasta nunca.

Bueno, bueno, bueno...

¿Cómo os habéis quedado? Yo de piedra la verdad.

¿Ahora qué creéis que va a pasar?

¿Qué será de Amy?

¿Y Zuro?

He de avisaros que debido a asuntos propios y algún que otro bajón, no subiré tan seguido como antes, pero seguiré subiendo tranquilos :3

En fin, nos vemos en el próximo capítulo 😝

Un besazo pichones!

ATT: Mali 💜

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