CATORCE

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Zael.

Hoy tenía el día libre, así que me pasé todo el día durmiendo y sólo me levanté cuando ya se hizo tarde.

Como no tenía nada que hacer, aprovechando el dinero que me dieron el otro día,  salí de casa en dirección al centro comercial para comprarme una mochila nueva, picando antes un poco de comida.

Flashback.

Me levanté sobresaltado y sin ninguna delicadeza cuando escuché un ruido, miré a mi alrededor alarmado agudizando más mis oídos y vi que Amy aún seguía dormida, así que la tapé con la sábana para que siguiera durmiendo.
No me había acordado de que estaba durmiendo con una chica hasta que la vi.

Escuché de fondo una voz masculina y sin perder más el tiempo, despacio y con cuidado, le escribí una nota de agradecimiento y salí por la ventana sin despertarla.

<<Nos volveremos a ver>> pensé al mirarla antes de irme.

Fin del flashback.

Al llegar a casa con mi mochila nueva, recogí la ropa que Amy me prestó y la guardé en ella, tenía pensado en dársela hoy mismo, así tenía motivo para poder verla de nuevo, por lo que, salí de casa y me encaminé hacia la suya.

Iba andando tranquilamente cuando alguien me llamó la atención.

—¡Zael!— me llamaron.

Me giré encontrándome a un compañero de trabajo montado en su moto.

—¿Te llevo? — me preguntó cuando llegó a mi lado.

—¿Qué haces por aquí? — pregunté sonriente.
—Dar una vuelta— se encogió de hombros mientras se bajaba de la moto para sacar de debajo del asiento otro casco— venga, ¡sube!— me lo tendió.

Cogí el casco como respuesta y me monté detrás suya mientras me lo colocaba y cuando me vio por el retrovisor que ya estaba preparado, arrancó.

—¿A dónde te llevo tío?— me dijo alzando la voz sobre el rugido del motor de la moto para que me enterase.
—Tu sigue recto, ya te avisaré— contesté con el mismo tono de voz.

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Me dejó en la acera de enfrente de la casa de Amy ya que no quería que supiese a dónde iba exactamente, así que cuando vi que desapareció por la carretera cuando me dejó en mi destino, crucé rápidamente y escalé el árbol que daba a su ventana.

Estaba muy feliz, la volvería a ver de nuevo y unas mariposas en el estómago me hicieron estar nervioso, a tal punto que ni tan siquiera me fijé que tenía visita y me quedé sentado sobre la rama del árbol como un idiota avergonzado sin saber qué hacer.

Amy.

Miré a las chicas con cierto miedo, porque pensé que les diría algo a mi hermano o a sus amigos, pero ellas tras devolverme la mirada me prometieron que no dirían nada, suspiré tranquila y me despedí de ellas en la puerta de mi habitación. Cerré tras de mí y le abrí la ventana a Zael.

—Hola— le sonreí costosamente, ya que aún seguía en mal estado.
—H-hola— titubeó avergonzado— ¿puedo pasar? — me preguntó y le asentí con la cabeza.

Él se adentró al interior de la habitación cerrando después la ventana mientras que yo me sentaba de nuevo sobre la cama.

—Creo que te he pillado en un mal momento— se acercó hacia mí.
—No pasa nada— apoyé la cabeza contra la pared.
—Vine a traerte la ropa que me dejaste ayer— me informó mientras la sacaba de la mochila— de verdad, no sabes cuánto te lo agradezco— sonrió.
—No fue para tanto— cogí la ropa— me alegro de que no te hayas resfriado o algo por el estilo— tosí un poco.
—Veo que tu si lo estás— se sentó a mi lado poniéndome la mano en la frente— estás ardiendo— sonó preocupado.

—No es nada, pronto estaré bien— negué con la cabeza— tu ropa está al fondo del armario— se lo señalé.

—Me preocupa más tu estado que la ropa— negó con la cabeza mientras mojaba el paño que tenía pegado en la frente en el cubo de agua que había al lado de la cama.
—Pero...— no me dejó terminar, me colocó el paño sobre la frente y me obligó a recostarme sobre la cama tapándome delicadamente con las sábanas.

—No pasa nada— me miró fijamente— así tendré otra excusa para venir a verte de nuevo— sonrió mientras me acariciaba el cabello.

Sonreí agradecida y justamente llamaron a la puerta.

—Amy, ¿estás visible?— era Sanji.

Zael se alarmó y salió corriendo por la ventana con cuidado.

—Nos volveremos a ver pequeña— aseguró— no te olvides de mí— me sacó la lengua bromista y cerró la ventana desde fuera.

—Nos volveremos a ver pequeña— aseguró— no te olvides de mí— me sacó la lengua bromista y cerró la ventana desde fuera

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A través de la ventana [RESUBIENDO]Where stories live. Discover now