DOS

9.1K 370 33
                                    


Ferlu, mi amor platónico... ¿Quién lo diría? Yo enamorada de alguien, de un chico de cabello moreno, rapado por los lados, dejando caer su melena rizada no rapada por encima de sus ojos, esos ojos claros verdes que te embaucan y te dejan embobada haciendo que pierdas la noción del tiempo ante su sexy mirada, por no hablar ya de sus labios, esos labios que siempre quise probar y morder de lo apetecibles que aparentan ser y no digamos de su cuerpo, del que me dan ganas tocar y sentir sobre mis manos, y si llega al caso, contra mi cuerpo...

Se me cae la baba sólo de imaginarlo, pero por desgracia, lo considero simplemente como un amor platónico, por el simple hecho de que me comporto como una completa idiota cuando está en mi casa. No sé de qué hablarle, tampoco sé cómo actuar ante su presencia y acabo diciéndole tonterías, ahuyentándolo y verlo irse a la habitación de mi hermano.

Por lo que podemos concluir, soy una persona patética a la hora de intentar ligar con alguien.

Pero de todos modos, hoy tampoco estaba de muy bien humor, lo que más odiaba de este mundo, es que me interrumpiesen la lectura y hasta el día siguiente, no se me pasaba el enfado, así que opté por cerrar la puerta y mirar por la ventana.

Mientras que enfocaba mi vista en el paisaje que se apreciaba desde mi ventana, pude oír de fondo las pisadas de los dos.

—¿Y Amy?— Ferlu estaba preguntando por mí.
—Estará leyendo en su cuarto— contestó mi hermano.

A partir de ahí, no oí nada más, y de nuevo, me concentré en aquellas vistas que se veían desde mi ventana, entonces, recordé cuando mi madre siempre me decía: "nunca dejes de ver a través de la ventana, puede ofrecerte vistas maravillosas", a lo que tal recuerdo, hizo que sonriera con tristeza y mis ojos se empañasen un poco, aguantando las ganas de llorar.

Perdí la noción del tiempo mirando a través de la ventana, ni tan siquiera me percaté de que el sol había desaparecido y que la luna ya amenazaba con asomarse entre las ramas del árbol que había justo delante de mi ventana, haciendo que tras admirarla, apartarse la vista al escuchar la puerta.

—Amy, hemos pedido pizza— avisó mi hermano.
—Ya bajo— le contesté aún molesta por haberme interrumpido antes la lectura.

Le oí al segundo bajar por las escaleras, cerré la ventana y me estiré, había pasado demasiado tiempo apoyada en el borde de la ventana.

Salí de mi habitación y bajé a la planta principal, encontrándome a Ferlu sentado en el sofá individual sirviéndose el mismo, un vaso de Coca-Cola.

—Hola Amy— dijo al verme.
—Hola— saludé sin más.
—Y bueno... — apareció mi hermano saliendo de la cocina— dime, cuéntame qué te ha pasado ahora— se sentó en el otro sofá individual.
—Mi vieja— hizo una pausa— la muy puta me ha echado de casa— bufó enfadado— me dijo que cuando tuviese un curro que volviera a casa, pero que mientras tanto me quedaba en la calle— se rascó el cuello.
—Menuda mierda ¿no?— le dijo mi hermano.
—Ya ves, yo, ya paso de ella...— contestó molesto.
—Y ahora, ¿a dónde vas a ir?— le pregunté.

Me miró y después miró a mi hermano.

<<Oh, no... ¿para qué pregunto?>>

—Eso quería comentarte— miró a mi hermano como si yo no existiera y fruncí el ceño molesta— Si podías hacerme un favor y dejarme unos días aquí hasta que encuentre un curro decente.

<<¡Será cara dura!>>

—No sé Ferlu... — dudó mi hermano.
—¿No tienes otro sitio dónde ir?— alcé una ceja mientras le dedicaba una mirada de odio infinito.

Este, me miró sin entenderme.

—¿No has buscado, aunque sea, un hotel o algo que sea barato?— proseguí al ver que su cerebro no dio para más con la primera pregunta que le hice.
—No...— contestó — pero de todas formas, si no tengo dinero ¿cómo quieres que me vaya a un hotel?— arrugó la nariz.
—Claro, y para eso está el tonto de mi hermano del quien te aprovechas— até cabos pensando en voz alta.
—Amy, relájate— intentó tranquilizarme mi hermano.
—No, Zuro, no— le regañé— ¿no te das cuenta que siempre que le pasa algo se aprovecha de nuestra situación familiar?— me levanté del sofá indignada.
—Pero...— lo interrumpí.
—Mira, haz lo que quieras, paso de vosotros— iba a irme, pero Ferlu habló.
—Qué guapa te pones cuando te enfadas— dijo así, sin más, a palo seco, provocando que le mirase con asco.

—Enfermo— escupí mientras subía las escaleras desapareciendo de su campo de visión.

—Enfermo— escupí mientras subía las escaleras desapareciendo de su campo de visión

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
A través de la ventana [RESUBIENDO]Where stories live. Discover now