DIECISEIS

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Sanji.

Subió las escaleras corriendo dejándome con el calentón.

—Menuda mierda...— susurré mientras que me colocaba los pantalones.

Subí yo también las escaleras a paso lento mientras me miraba los dedos con los que la toqué, aún estaban pegajosos y los chupé recibiendo su sabor.

Suspiré mientras que me dirigía al baño.

—Será mejor que acabe con esto yo sólo...— pensé en voz alta— será incómodo dormir con esto despierto...— miré de reojo a mi amigo mientras cerraba la puerta del baño.

Amy.

No podía conciliar el sueño, si cerraba los ojos en mi mente aparecía las escenas que habían ocurrido con Sanji y algún que otro recuerdo del pasado con él. Eso me molestaba, no quería recordarlo porque fue un error que cometí, fui estúpida, yo sólo quería dormir tranquila...

Flashback

Zuro se fue con sus amigos al cumpleaños de los hermanos Neol y Diol y tras celebrarlo fuera, más tarde, todos vinieron a casa.

Tenía unos 17 años, y en mi instituto las de mi clase ya hablaban sobre haber tenido relaciones sexuales, alguna que otra ya contaban sus experiencias con los chicos con los que se habían acostado y otras simplemente las escuchaban hablar, una de ellas era yo. Cuando acabaron las clases, al llegar a casa, al ver que no había nadie, me dirigí a la habitación de mi hermano y empecé a buscar algo que tuviera relación con el sexo, tenía mucha curiosidad de saber cómo sería perder la virginidad, quería saber qué se sentía al tener ese contacto de piel con piel mientras ambos de dan besos de pasión como lo contaban las de mi clase.

Encontré revistas bajo su cama de chicas desnudas y al fin, dentro de una caja donde parecía que sólo había cómics, al fondo, había un DVD, que por el título y la carátula di por hecho que se trataba de porno, tragué saliva y dejándolo todo como estaba me dirigí a mi habitación cerrando la puerta olvidándome por completo echar el pestillo por los nervios.

Todas aquellas imágenes que transmitía la pantalla al reproducir el vídeo me parecieron un poco violentas. Cuando veía la cara de la chica con una mueca entre dolor y placer y al chico embistiéndola sin compasión, cerré las piernas fuertemente y me mordí el labio mientras que seguía mirando aquel vídeo pensando que lo estarían pasando mal.

Justamente en ese momento, cuando la chica iba a llegar a lo que sería el orgasmo, alguien entró por la puerta.

Fue Sanji quien me pilló completamente con las manos en la masa.

—N-no...¡no es lo que parece!— apagué de un tirón el ordenador avergonzada.

El cerró la puerta con pestillo sin decir palabra y yo sólo pude tragar saliva despacio.

—Amy, tranquila, es normal que a tu edad se vean ese tipo de cosas...— habló finalmente con la voz tocada por el alcohol.
—N-no lo entiendes...— me dirigí hacia la cama aterrorizada.
—Claro que si— se sentó en la silla de mi escritorio— yo también he tenido tu edad ¿sabes?— parecía molesto.

Esto era demasiado vergonzoso, no me atrevía a hablarle, ni siquiera le miraba, sólo abrazaba al primer cojín que pillé con fuerza.

—Y dime...— me sonrió— ¿aún sientes curiosidad?— alzó una ceja.

No le respondí, claramente si seguía teniendo aquella curiosidad de cómo me sentiría haciendo ese tipo de cosas, pero me daba demasiada vergüenza admitirlo.

Se levantó de la silla y se acercó a mí lentamente.

—¿Puedo?— dijo ya estando demasiado cerca de mí.

Giré la cara sin contestarle y él lo tomó como un sí.

—Estás un poco mojada— dijo de repente.

Lo miré y después vi que estaba mirando mi zona íntima. Ahí fue cuando me acordé que sólo vestía con camiseta.

Cerré las piernas, pero él lo evitó colocando su dedo índice sobre la tela haciendo que me estremeciera.

—Yo puedo quitarte la curiosidad— se ofreció.

Y ahí fue donde comenzó todo...

Fin del flashback.

Fin del flashback

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