47. Despedida

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Aclaración importante: Este libro (y por lo tanto esta trilogía) fue publicado a finales de 2016, mucho antes de que se publicara la sinopsis de "Los Crímenes de Grindelwald", así que esta historia tendrá variaciones con respecto a todo lo que ocurra en esa película.

Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro

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CRÓNICAS DE UN MAGIZOÓLOGO

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╔╝OCTUBRE DE 1924╔╝

╔╝47╔╝

╔╝DESPEDIDA╔╝

Newt recuperó la consciencia de forma gradual. Tenía la cabeza embotada y sentía el cuerpo muy liviano, como si estuviera levitando. Le pesaban los párpados y tenía las extremidades entumecidas. Se dio cuenta, sin embargo, de que estaba acostado de forma horizontal, sobre algo plano, aunque no incómodo y sintió sábanas sobre su cuerpo así que lo más racional fue suponer que estaba mentido en una cama. Recordó que Valerian Velleum lo había aturdido ¿Por qué lo había hecho? ¿Acaso lo había traicionado?

Abrió los ojos y se encontró en una habitación en la que nunca había estado. Estaba escasamente iluminada por lámparas de techo que daban a todo un resplandor amarillento y era bien amplia. Miró hacia los costados y observó que, al igual que él, había muchas otras camas, algunas vacías y otras con personas recostadas. Se dio cuenta de que eso era un hospital, pero no era de magos, ya que todos los pacientes tenían tubos de plásticos conectados a los brazos y las lámparas parecían ser eléctricas.

El hombre se removió un poco en su lugar y sintió el pinchazo de una aguja en el brazo izquierdo, dándose cuenta de que él también tenía ese tubo de plástico que los muggles usaban para suministrarles medicina a los enfermos. Además, en el otro brazo tenía un vendaje blanco dónde el cazador Jim lo había quemado cuando lo había interrogado en la oficina de la señorita Thenard. A su izquierda, había una mesita de luz de madera con un pequeño velador y una silla algo desvencijada. Por las ventanas del lugar, se podía ver que ya era de noche. Sin embargo, Newt no tenía idea de dónde estaba ni de qué demonios hacía allí, ni cuánto tiempo había estado dormido. Un temor lo invadió de repente, aunque se disipó en seguida cuando vio su querida maleta reposando en el suelo junto a los pies de la cama. Al menos no había perdido a sus criaturas.

― Veo que ya despertó, señor Stone ― le dijo una voz femenina. Quien hablaba era una mujer de piel negra, muy robusta, que usaba un uniforme blanco de enfermera. Llevaba el cabello lacio y castaño bien acomodado en un rodete. Algo en ella inspiraba confianza y amabilidad, quizás el hoyuelo que se le formaba en la mejilla al sonreír o la suavidad que había en su voz. Newt no sabía por qué lo había llamado por el apellido Stone, lo que le generó muchas más preguntas de las que ya tenía. Aun así, como no estaba seguro de nada de lo que ocurría, optó por seguirle la corriente.

Crónicas de un Magizoólogo - Libro I (Trilogía Orígenes)Where stories live. Discover now