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"Antes de iniciar la lectura, quiero dejarles unas cortas palabras en apoyo a mis, no amigas porque en este mundo todos somos hermanos, Mexicanas(os). Me solidarizo con ustedes, al sufrir por segunda vez en las últimas semanas un golpe realmente fuerte por la naturaleza, la cual está cobrando vidas inocentes.  

De igual forma lo hago con mis hermanas(os) de Puerto Rico. Es aterrador por lo que está pasando la Isla en estos momentos, y me entristece que aún en la distancia tengo personas que quiero mucho en dicho lugar y no hay comunicación alguna. Ruego a Dios que estos desastres naturales pasen sin cobrar más que pérdidas materiales, o más vidas de lo que ya han cobrado. Tomen precaución, no arriesguen sus vidas por lo material, ya que una vez muertos lo que querían salvar no se lo llevarán. Sean precavidos y fé en que todo pasará con bien.  

Estoy pendiente a mis amigas Dominicanas, espero que El Huracán María no toque ese hermoso país.  Fuerza chicas. Y aunque las palabras no ayudan, dan un poco de aliento. Mi corazón está con ustedes.  Besos y estaré en oración desde Panamá."  


********


—Despierta, pequeña dormilona. —Retiro el cabello de su hermoso rostro. 

—Mmmm... —Se remueve. —Ahora no, Christian. Me dejaste agotada —balbucea medio dormida. 

Una sonrisa radiante se plasma en mis labios, y como si hubiese analizado lo que han emitido sus labios, abre los ojos de golpe posándose en mi cuando sus mejillas se tornan de ese tono escarlata que me encanta. 

—Creeme que me complace saber que te dejo satisfecha. —Los vuelve a cerrar avergonzada. —No puedo creer que aún te cohibas por expresarte sexualmente. —Se incorpora dejándome una vista pasajera de sus grandiosos pechos desnudos. 

—Tu mirada me cohibe. —Arqueo una ceja coqueto. 

—¿Por qué? —pregunto acercándome a ella. 

—¿No te has visto en un espejo? ¿No has visto lo que causas en todas las mujeres que se detienen frente a ti? Eres sumamente atractivo. —Sonrío. 

—Gracias por ese cumplido, pero no me importan ellas. —Beso castamente sus labios. —Me importas tú. Te amo a ti, y quien me tiene completamente para ella eres tú. Eso te da una posición privilegiada sobre todas. —Quien sonríe ahora es ella. 

—Entonces haré valer mi posición. No me gustó la mirada de la recepcionista. —Me carcajeo. 

—Ya te dije que no tienes porque estar celosa. Soy tuyo, pequeña, y muy pronto tu esposo. —Acaricio su mejilla. —Te quiero atada a mi de todas las maneras posibles. —Entrecierra los ojos. 

—No me quieras desviar del tema. —Contengo el impulso de carcajearme nuevamente. 

—¿Sabes cuantos artistas, famosos y empresarios vienen a este hotel? Muchos, nena. Soy un empresario más. Sonríe como lo haría con cualquiera. —Se inclina hacia mí. 

—No eres cualquiera y lo sabes.

—Debo admitir que me fascina verte celosa. Me provoca volver a follarte duro. —Me empuja escandalizada. 

—¡Que mal hablado! —Se pone de pie, pero me apresuro y tomándola de la cintura la vuelvo a suspender sobre la cama. 

—Te encanta que te hable así mientras te hago el amor, pequeña. —Llevo mis labios a uno de sus pechos. Lo sostengo con mi mano mientras mi lengua acaricia su pezon el cual se yergue completamente para mi. 

Hermosa Ante Mis OjosWhere stories live. Discover now