(18)

11.5K 702 47
                                    


ANASTASIA

El viaje de regreso ha sido sumamente agotador. Mi cuerpo se encuentra exhausto de toda la actividad física que he mantenido con Christian. Nunca imaginé que su advertencia fuese cierta. Me tomó en cada rincón de su bungalow, y puedo asegurar que cada una fue mejor que la anterior.

—¿Debo cargarte? —La voz tierna y suave de Christian en mi oído me hace estremecer. El sueño está haciendo que mis parpados pesen. 

—Mmm... —Es lo único que sale de mis labios. Mis fuerzas han quedado en las cuatro horas de vuelo en el cual he dormido poco.

Puedo escuchar su risa aún sin verlo. 

—Asumo que eso es un si. —Siento la suavidad de sus manos tomando mi cuerpo. Aunque trato de abrir mis ojos es completamente imposible. Llevo mis manos a su cuello en donde su olor me impacta provocando una reacción involuntaria de absorber su aroma. —Eres tan adorable —susurra dejando un beso en mi cuello que me hace estremecer. Escucho el sonido del ascensor llegar. La brisa fría desaparece para darle paso a un silencio completamente relajante. El sueño se apodera nuevamente de mi llevándome en una nube de oscuridad que es interrumpida por una voz femenina.  

—Hasta que al fin llegas. —Abro los ojos de golpe. Esa voz la reconozco. Aunque de pocos segundos, jamás la podría olvidar. —Y con esa gorda. —Inhalo y Exhalo calmando el temblor de mi cuerpo. Puedo sentir el aura de tensión y furia recorrer el cuerpo de Christian. Con cuidado me remuevo para poder sostenerme en pie. 

Miro los ojos de Christian que están oscuros. He aprendido a conocer su mirada. Cada sentimiento o emoción es expresado por sus ojos sin poderlo detener. En éste corto tiempo he podido comprobar la veracidad de sus sentimientos. Su cuerpo más allá del placer sexual responde a mi presencia de una manera dulce y atrayente. Su corazón es prueba viviente de ello. La forma en que late es irreal. Errática acompañada de una respiración que aunque pausada no puede controlar las reacciones de su piel. 

He comprendido el odio que siente el mundo hacia mi, pero más he entendido el propósito de su llegada a mi vida. Solamente en el encuentro la seguridad que mi mente necesita. Sus palabras son un bálsamo que calma hasta la más amarga de las angustias. Sus labios están llenos de una verdad que me hace sentir plena y dichosa. Feliz por ser la mujer a quien ama de una manera obsesiva. Extasiada de sentir en cada acto el amor que jamás las palabras podrán demostrar.

—¿Qué haces aquí, Leyla? —Su voz es tenebrosamente calmada y ella lo puede notar ya que balancea el peso de su cuerpo hacia ambos pies. 

—Necesito hablar contigo, pero lejos de ésta... —Aprieto la mano de Christian que sostiene la mía. Cierro los ojos buscando esa chispa de valor que necesito. Buscando la confianza que Christian me proyecta y la cual debo adaptar a mi.

No estoy sola.

Ese ha sido mi mantra desde que desperté herida por mi imprudencia y ataque de pánico. Me he apegado a su compañía. Soy una fiel dependiente de él para volver a buscar en mi interior a la Anastasia vivaz y alegre que algún vez yo misma conocí. 

—No te preocupes, amor. —Las palabras salen de mis labios sin que lo pueda controlar. Confío en él. Confío en su declaración de amor y en la firmeza de sus sentimientos. Confío ciegamente en que él será la única persona que jamás me podrá traicionar. Me mira con el ceño fruncido. Sonrío tenue mostrando ese inicio de cambio que he empleado. —Te estaré esperando en nuestra habitación. —Me acerco con lentitud y beso sus deliciosos labios. 

Jamás me cansaré de esto. De sentir su cuerpo vibrar ante mis muestras de cariño. Aún en los peores momentos he conseguido disipar su furia y éste momento no es la excepción. Su mano acaricia mi mejilla profundizando nuestro beso. Muerde mi labio inferior para luego recargar su frente con la mía. 

Hermosa Ante Mis OjosKde žijí příběhy. Začni objevovat