»This Is My Squad« (MAGCon & Team 10)

Capítulo 53 "In London"

Entré con intenciones de pasar desapercibida pero cuando iba a llegar hasta la revisión de boletos los reporteros me vieron y comenzaron sus preguntas, sin importarles que ya iba tarde para tomar mi vuelo.

— ¡Jordan! ¿Nos puedes decir el motivo de tu separación de los Magcon? —la periodista rubia no me dejaba de seguir a cada paso que daba desde que había llegado al aeropuerto.

— Por favor, aléjense de la señorita Harries —le dijo Sean tratando de hacer a un lado a los paparazzis.

— Jordan ¿Acaso tuviste problemas con los Magcon Boys y las Magcon Girls? —otro periodista que me seguía, y yo sólo deseaba tener un bate a la mano.

— ¿Crees que las Magcon Girls sean las culpables?

— ¿Realmente te separarás de los Magcon para siempre?

— ¿Crees que es lo correcto?

— ¿Qué ha pasado con la familia Magcon?

— ¿Sigues tu carrera o sólo no los soportas?

— Mierda, si sigo así perderé el avión —susurré para mi misma, pero al parecer los cotilla me oyeron.

— ¿Viajarás para alejarte de el mundo Magcon?

— ¿Regresas a Inglaterra?

— ¿Regresarás próximamente a Estados Unidos?

— ¿Mantenías una relación sentimental con alguno de los chicos? —esa fue la pregunta que me hizo detenerme.

¿Tenía una relación con alguno?

— No —contesté seca y comencé a andar de nuevo.

Con la ayuda de Sean quien me abría paso entre los reporteros logré llegar a la sección de abordaje.

— Boleto por favor —entregué mi boleto y el guardia asintió— Buen viaje —pasé junto con Sean quien tenía un permiso para acompañarme hasta el avión— Ey, no pueden pasar. No me hagan llamar a seguridad —los gritos aún audibles de los paparazzi seguían hasta que llegué a la zona para abordar el avión.

Mi equipaje lo habían entregado antes, por lo que ahora sólo llevaba un simple bolso deportivo colgado en mi brazo. Me giré hacia Sean y me lancé a sus brazos para despedirme de él.

— Sin duda, eres el mejor guardaespaldas que he conocido —le dije después de separarme— No le digas a lo demás ¿Sí? —le pedí y él rió.

— Anda que perderás el vuelo —me dijo y asentí.

— Gracias y adiós —comencé a caminar hacia el avión, subí escalón por escalón de la escalera y cuando estuve en la cima sentí que no podría hacerlo.

Tenía tantas dudas, quería volver al hotel y seguir con la convención, pero no, la decisión estaba tomada.

Entré al avión y busqué mi asiento, estaba casi al final junto a la ventanilla lo cual agradecí mentalmente. Avancé hasta mi lugar y dejé mi bolso en el compartimiento superior.

Me senté en mi lugar y suspiré.

Realmente extrañaría Estados Unidos.

— ¿Le ofrezco algo de beber? —me preguntó la azafata y negué.

— Por el momento estoy bien, gracias —le sonreí y ella igual.

— Permiso, permiso —sentí como alguien se sentó a mi lado— ¿Lista para tu mes de vacaciones? Por que yo sí —me giré rápidamente y me encontré a Alessia— Por poco y pierdo el vuelo. Esos malditos paparazzi que no me dejaban pasar.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté sin poderlo creer y ella soltó una carcajada.

— Yo también me alegro de verte —contestó sarcástica— Y te acompaño. Para eso es la familia.

— ¿Y Jake? —le pregunté y ella me miró.

Yo sabía que ya estaba demasiado bien últimamente con él.

— ¿Y él? —respondió resaltando el "él", mordí mi labio— Exacto, no todo es color de rosa. Ahora quita esa cara. ¡Nos vamos de vacaciones!

Tenía que mencionar a Gilinsky en esa momento.

***

Siete horas después, Alessia y yo estábamos bajando del avión, habíamos llegado por fin a Londres. Cuando bajé completamente, me sentí tan feliz de haber regresado a mi país, a mi ciudad, con mi familia.

Junto a Alessia fuimos hasta la cinta que traía consigo el equipaje y esperamos el nuestro.

No le habíamos avisado a nadie que llegaríamos hoy, ni siquiera a los reporteros que habían estado en el aeropuerto, ellos se habían enterado gracias al reportajes de Susan Withers.

Al tener nuestras maletas, salimos del aeropuerto y pedimos un solo taxi, ya que Alessia vivía dos casas después que yo, así que compartiríamos uno.

Alessia le dió su dirección de su casa al taxista, ya que sería a la primera que llegáramos.

Durante el camino estuvimos hablando sobre el cumpleaños de la abuela que era dentro de un par de días, estaba emocionada por ver nuevamente a mi familia después de tres meses lejos de ella.

El taxi se detuvo y supe que habíamos llegado a casa de Alessia, ambas bajamos y el chófer nos ayudó a bajar el equipaje, le pagamos y el coche se fue.

— Bien, ya estamos aquí —habló Alessia mientras miraba su casa y asentí— Nos vemos en un rato, Jo.

Tomé mis maletas y comencé a caminar hasta mi casa, quería darles la sorpresa de que ya estaba en casa, ya estaba oscureciendo por lo que deduje que mi familia ya estaría cenando.

Fui hasta la puerta trasera pero me encontré con Golden quien comenzó a ladrar y lo tuve que acariciar para que se callara.

— Silencio, Golden, trato de dar una sorpresa —mi mascota sólo me ignoró y volvió a irse.

Me levanté del césped, sacudí mis pantalones, volví a tomar mis maletas y abrí con mucho cuidado la puerta.

Al entrar a casa un rico olor a chocolate caliente llegó hasta mis fosas nasales, el calor acogedor de la casa me envolvió inmediatamente.

Cerré suave y lentamente la puerta, y puse mis maletas junto a la puerta. Sigilosamente caminé hacia el comedor, donde supuse, estaría mi familia.

Y no me equivoqué.

— Yo también estoy hambrienta, mum —hablé haciéndome la desinteresada y mi madre volteó rápidamente mirándome con los ojos bien abiertos.

— Oh Dios, Jordan —se levantó de su lugar y me abrazó con todas las fuerzas que tenía— ¿Por qué no nos dijiste que llegarías hoy? —me regañó mientras se separaba de mí y mi padre no tardó en ocupar su lugar.

— Quería darles una sorpresa —dije sonriendo y mi papá me sonrió.

— Y vaya que lo hiciste, Jo —se separó de mí y no tardaron en llegar los gemelos.

— También los extrañé —dije correspondiendo su abrazo doble.

Era oficial, estaba en casa.