MARKJAE

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Abrazo a Youngjae en medio de esa soledad desgarradora, mientras sus lágrimas corrían por las mejillas de ambos en silencio hasta probar su salada amargura. El silencio era tan intenso que parecía que estaban en la nada, aunque sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y su corazón se había acostumbrado a la culpa irreparable de quien ya no puede hacer nada.

Su madre había muerto en medio de trágicas noticias para aquella pequeña familia de tres integrantes. Lo peor era tal vez que su madre había muerto odiándoles, enojada, furiosa, incrédula ante una realidad poco convencional que la había azotado de improvisto. Había muerto de un infarto y ni siquiera les permitió verle, al menos no sin prometer que se dejarían, pero no pudieron hacerlo, ni por el amor de su madre. Habían cometido otro acto despreciable.

Mark ama a su hermano, lo ama tanto que daría su vida por él si pudiera. Aquel amor le asfixia y le consume las entrañas hasta deja de poder sentir algo que no sea amor por Youngjae. Comenzaron una relación porque él así lo quiso, porque se aprovechó la debilidad de su hermano cuando sus padres se separaron cuando este tenía 9 años e hizo que este le amase de forma loca y egoísta, porque estaba loco de un amor imposible y repulsivo para la sociedad.

Se había aprovechado de su hermano de muchas maneras, cosas de las que ni él mismo estaba orgulloso. Le quito la virginidad a su hermano cuando este tenía 12 años. Había llegado borracho hasta el punto de perder la poca cordura que le quedaba y esa noche entro a su habitación en medio de la oscuridad y prácticamente abuso de él de manera violenta, pero Youngjae le perdono porque era lo único que tenía en ese instante. Su madre estaba en medio de una depresión arrolladora y su padre dejándolos para ser feliz con un hombre los había dejado así.

No lo volvió a tocar hasta que tuvo 16 años y disfrazaron aquel amor en una hermandad preciosa, de la que aquella mujer que había dado todo por ellos estaba orgullosa. Sí, se sentía culpable con su madre por ser así, porque aquella mujer había ido cada día a aquel trabajo que la hacía miserable cada día, con aquellos hombres que la creían menos por una cuestión de género y la había visto llorar en las mañanas por levantarse tarde repitiéndose constantemente "estúpida", pero aun así no había podido dejar aquella felicidad.

Ella los encontró en la sala a punto de tener relaciones. Jamás olvidará aquella cara de repudio, dolor, incredulidad y miseria. A partir de ahí no hubo marcha atrás, porque ella enfermo, pero nada los pudo detener. Youngjae ni siquiera quiso mentir antes de que ella muriese. "Si le dices eso, entonces estamos acabados. Jamás volveré a verte" le dijo con una determinación desconocida para él. Su hermano no le había permitido hacer algo bueno por aquella buena mujer. No, él no había querido acabarlo, aunque sabía que Youngjae se arrepentiría para siempre, pero fue egoísta y dejo que su hermano se envolviera en aquella bola de fuego que representaba su odio.

Sí, él había cometido más pecados de los que quería admitir. Estaba acabado. 

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