GOT7-Mini historias variadas.

UN MINI CUENTO A MITAD DE LA NOCHE

La luna se presenta ensombrecida al igual que las estrellas entre las luces de la gran ciudad, donde a primera vista todo parece tranquilo y vacío, pero después nos damos cuenta del rumor de las calles lejanas, de los pequeños ruidos que conforman una especie de música que aun hacen posible dormir en la noche. El hedor de las calles sucias de hace presente en las fosas nasales mientras nuestros ojos permanecen con mediana visibilidad debido a las luces en la calle.

Youngjae permanece sentado en el sillón con las piernas y brazos abiertos, su cabeza esta recostada en el respaldo de dicho mueble, sus ojos permanecían completamente abiertos mirando hacia el techo, aunque en realidad se encuentre en la nada. El material rojo brillante adherido a la ventana ilumina el techo y parte de su rostro gracias a los faros en la calle, hace apenas media hora había ido a comprar heroína con el vendedor de siempre. En el taburete grisáceo completamente despintado por el paso del tiempo y un poco molido por las polillas, había dos rayas y media del preciado polvo blanco, además de una pequeña navaja y un encendedor, mientras que, nuestro primer hombre está inmerso en un viaje el cual dos años atrás había prometido olvidar.

En la habitación del fondo oscurecida por la falta de ventanas se pueden escuchar los leves movimientos de dos cuerpos que se encuentran al rojo vivo, se siente el calor de la compañía ajena y se percibe la leve alegría de no pasar la noche solo. Jackson beso levemente el miembro del que sería su amante aquella noche mientras sus manos se movieron rápidas ante el cuerpo delgado del hombre frente a él, siempre le habían gustado los hombres menudos, pero en realidad nunca había salido con ninguno. Siempre había preferido recurrir a aquellos hombres de la noche que nadie cree que existen, pero se encuentran en todos lados solo hace falta acudir al lugar indicado.

Hundió la cabeza entre las piernas de aquel hombre de rasgos finos y piel de porcelana esperando el elixir casi transparente de aquel cuerpo joven que se presentaba frente a sí tan delicado como un pétalo. Le quería amar aquella noche mientras el otro elixir blanco que ahora se encontraba en el taburete mantenía su efecto. Mark gimió ante las caricias de aquel extraño, sintiendo el máximo goce con la más mínima caricia proporcionada a su cuerpo, pero en realidad él era así, siempre sensible a las caricias de los extraños, siempre esperando junto a los faros verdes de alguna calle solitaria a que un extraño le acompañe en sus noches solitarias.

A veces ni siquiera la siniestra mirada de un extraño le hace resistirse a aquel goce de los billetes en su bolsillo cada mañana clara, oscuro o lluviosa. La última vez un hombre casado le había roto la costilla "jugando con él" y su delicado labio había sangrado un poco, pero nada podía detenerlo de ser un vendedor de su propia alma todas las noches. El hombre joven con cabellos negros le penetro de manera delicada mientras succionaba su cuello en forma dulce como quien come un algodón de azúcar, hacía mucho que nadie le trataba con tanta delicadeza.

Aquellos dos hombres permanecieron en una danza apasionada donde los besos y las caricias no faltaron, y el olor candente de aquellos cuerpos calentó la habitación además de las sabanas sucias de aquella noche, esperando a que el sol apareciera en lo alto de manera lenta frente al departamento que parecía más bien abandonado ante la inminente noche.