Tal como lo dijo, al poco tiempo vino una señorita del Departamento de Aurores con una carpeta. Esta contenía el transcripto de todos los interrogatorios que se les habían hecho a los magos que atraparon en el puerto. La señorita Millmorny y Derma los leyeron en voz alta por turnos mientras los demás tomaba notas. En efecto, uno de los hombres había confesado que el cargamento iba dirigido a la casa de la señorita Leta Lestrange para que esta derivara los ingredientes de pociones al mercado negro. Supuestamente, ella misma también poseía este tipo de artículos, productos de sus experimentos con animales mágicos.

― Aunque también podría ser que el mago que confesó creyera que eso era verdad ― planteó Calypso con una mano en la barbilla una vez que terminaron de leer todo el transcripto ―. Tenemos que  considerar la posibilidad de que quizás quieren inculpar a la señorita Lestrange.

― Es verdad, no sería la primera vez que se quiere manchar el nombre de alguien importante en estos días ― dijo Derma, siguiendo su lógica.

― No ― soltó Newt de repente. Había estado callado todo ese tiempo así que el tono que usó fue más fuerte que el que esperaba. Sus compañeros de equipo hicieron silencio y lo observaron expectantes ―. Es ella.

― ¿Cómo puede estar tan seguro de eso, señor Scamander? ― inquirió Gorman, dándole una mirada inquieta.

― Los escudos. Los que había en todas las cajas del cargamento. Yo los he visto antes.

― Había un diseño de escudo que se repetía en cada caja ― le explicó Millrmony a Gorman, quien, al parecer,  no había escuchado esa información todavía ― ¿Cómo sabe que ese escudo tiene que ver con la señorita Lestrange?

― Leta Lestrange fue mi compañera de clases en Hogwarts ― admitió Newt ―. Ella me contó sobre el escudo. Es propio de su familia. Cada Lestrange que nace tiene un escudo distinto. Los identifica.

― ¡Esa información sí me gusta! ― exclamó Derma dando dos aplausos de emoción, lo cual le concedió que el resto lo mirara raro.

― Derma, realmente necesitas dormir  ― le hizo notar Millmorny, suspirando con hastío.

― ¡Vamos! ¿Qué estamos esperando? ― insistió el hombre, como si no le hubieran dicho nada ― ¡Vayamos a arrestarla! Hemos arrestado gente con menos.

― Tenemos que tener cuidado ― lo frenó Calypso ―. La familia Lestrange es muy poderosa. No podemos sólo arrestarla así, necesitamos tenerlo todo verificado. De otro modo, nos podrán palos en la rueda y estropearán nuestra investigación.

― Eso es cierto ― dijo Millmorny y meditó unos segundos ―. Señor Gorman ¿Qué propone que hagamos?

― Mañana a primera hora quiero toda la información posible sobre esta mujer. Quiero los informes completos de los interrogatorios contrastados con lo que se anotó en el inventario sobre los cargamentos ― declaró el hombre, con voz firme ―. Lo usaremos de testigo también, señor Scamander. Si es posible, esta misma noche iremos a la casa de la señorita Lestrange a arrestarla. Tendré que conversar con algunas personas para hacerlo posible. Nos vemos.

Y con esto, Malthus Gorman salió de su oficina con paso apurado. Se notaba que algo grande sucedería. Las siguientes horas, el equipo de investigación estuvo organizando la información, tal como había pedido el Jefe de la División. En un momento, tuvieron que  mandar a Derma a dormir un rato ya que se quedó dormido sobre el escritorio en varias ocasiones.

Crónicas de un Magizoólogo - Libro I (Trilogía Orígenes)Where stories live. Discover now