cuarenta y cinco; lo eres.

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"Pero, en definitiva, ¿Qué es lo nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a otros, un secreto compartido, un pacto unilateral. Naturalmente, esto no es una aventura, ni un programa ni -menos que menos- un noviazgo. Sin embargo, es algo más que una amistad..." Mario Benedetti.
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La tarde era bastante tranquila en el hogar Senju, además de estar en completo silencio por respeto a la reciente y prematura pérdida de la menor de ellos. Sin embargo, ya había pasado una noche y un día entero... pero ella no pretendía salir de su cuarto o siquiera hablar con alguno de los dos, cosa que tenía bastante nervioso al peligris de ojos rojizos. Ella no solía ser así.

Sobre todo, porque ni a su mejor amiga Izumi quiso dejarle entrar en cuanto fue a visitarla. No lo comprendía.

─Izune, ─habló Tobirama, golpeando levemente la puerta por décima vez en una hora─Hashirama está preparando la cena, tienes que comer algo...

Silencio, como había sido desde que le habían llevado a casa. No hubo llantos, sollozos ni algo parecido en todo el tiempo que llevaba encerrada, y Tobirama realmente estaba preocupándose por ello. Tan así... que dejó a Minato Namikaze a cargo solo para estar en casa junto a ella y su hermano. Cosa que estaba exasperándole.

Enseguida, el albino al notar que ella no abriría... no demoró en tomarse de los cabellos y soltar un gran suspiro, golpeando así nuevamente la puerta sin saber exactamente qué hacer en una situación así, esta vez con más fuerza. Ella necesitaba salir, despejarse o algo parecido. Aunque fuese con Óbito Uchiha, quien no había aparecido desde entonces.

Por ende, gruñó por lo bajo ante el pensamiento, pues encerrarse no era una buena solución a los problemas. Incluso si se trataba de una muerte que seguramente merecía luto.

─Izune, hablo enserio ─espetó esta vez, su voz un tanto firme y detonante─ Nuestro hermano se esmera en cocinar especialmente para ti y tú lo desprecias, hay niños en el mundo que no tienen que comer, viven en situaciones peores y tu lo desperdicias ¡Joder, sale ya! ¡Encerrarte no te solucionará las cosas!

─¡Pues cómetela tú entonces o dáselas a los muertos de hambre! ¡Yo no quiero! ¡Déjame en paz!

Tobirama, alzó una de sus cejas y presionó sus puños al escuchar sus gritos molestos. Pues, al menos ya conseguía una respuesta de su parte y eso era un gran avance a comparación de todas las veces que estuvo gritándole tras la puerta como un idiota. Aun así, también se estaba cabreando por la actitud tan negativa y depresiva que estaba teniendo la peligris. Ella no era así.

A pesar de ser reciente lo sucedido, él sabía que algo más andaba mal con ella porque no solía ser así de agresiva con la voz y lo decía por experiencia. Él se esperaba llanto y gritos de angustia, cosa que nunca sucedió.

UCHIHAS | +16Where stories live. Discover now