UCHIHAS | +16

treinta y tres; desenfreno.

''Si crees que Dios hace milagros, deberías preguntarte si Satán no tiene algunos ases bajo su manga...'' Dexter.
.

.

.

.

La luna estaba en su punto mas alto e Izune por fin llegaba a casa luego de un arduo entrenamiento para despejar su mente. Incluso si este no le sirvió de mucho, porque con ello solo logró exhaustarse lo suficiente como para querer lanzarse sobre su cama y dormir mil años.

Aunque su mente seguía al pendiente de las cosas que decía Tobirama y en la misión que tendría el día de mañana, sería algo difícil.

Ella solo quería descansar, había sido un largo día y no quería pensar mal.

─Mierda.

No pudo evitar el gruñir por lo bajo en cuanto pasó a rasgar uno de sus dedos con las llaves de su propia casa. Definitivamente, no era su día.

Sin embargo, soltando un suspiro esta se limpió con sus pantalones la sangre que se escurría por sus dedos sin mucha importancia. Luego, abrió la puerta y encendió las luces  mientras bostezaba.

Por ende, en un principio quiso ir de inmediato a la ducha  y relajarse un poco antes de ir a la cama. Sobre todo para despejar su mente con agua caliente, aunque no pudo.

Pues, al ver como su mejor amigo dormía en el sofá con su cabeza afirmada en su mano no pudo evitar el acercarse y agacharse a la altura en la que estaba. Óbito siempre hacía lo mismo y le preocupaba de que pudiese pegarse un resfriado, incluso si sabía que el Uchiha tenía un sistema inmune de oro.

─Óbito, hey ─dijo, en cuanto estuvo a su lado y le mecía con fuerza a la vez que bostezaba.

Realmente estaba muy cansada. Y no sabía si mental o físicamente. Quizás ambas.

─Vamos a la cama... ─insistió, y este se movió un poco ante el tacto de ella─ no me hagas traer un balde con agua, por favor.

Entonces, el azabache se maldijo internamente al escuchar sus palabras. Él no estaba durmiendo, solo descansaba su recién operado sharingan que a pesar de todo el dolor que había sentido, aún seguía sin visión y adolorido.

No quería tener que forzar su vista con su amiga, pero ella no le dejaba opción.

─Estoy despierto Izune, no es necesario─ respondió al sentir el silencio, creyendo que Izune había ido a por el balde de agua, aunque no fue así. Este en su misma posición sin siquiera abrir su ojo disponible.

Entonces Izune pensó en Tobirama con solo ver su rostro cansado y algo demacrado ¿Y si mientras no estaba en casa le había hecho algo? Cualquier posibilidad le daba algo de miedo e inquietud.

Deseaba con todas sus fuerzas que algo así no hubiese sucedido.

─¿Te pasó algo? ¿Por qué no has ido a la cama aún? ¿Y mis hermanos? ─dijo, enseguida tomando asiento a un costado del pelinegro con su tono de preocupación.