catorce; dangos

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"El misterio de la vida no es un problema a resolver, sino una realidad a experimentar..." Duna, Frank Herbert.
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—¿Qué clase de Senju se rompe la nariz en un hospital?

Izune simplemente bufó ante las palabras burlonas de su hermano y se dedicó a subir las escaleras. Sin embargo, este apareció frente a ella de la nada.

Hiraishin no jutsu, pensó.

—Tobirama... —gruñó, con pereza y poniendo sus ojos en blanco al sentirse irritada.

—Izune... —le imitó este, molestándola aún más.

Ahora la chica de ojos rojizos lo miraba fijamente hacia arriba, irritada totalmente. A veces tener a dichoso ninja como hermano era simplemente horroroso y un grano en el trasero.

—¿Cuál es el gusto de molestarme? —preguntó finalmente, luego de unos segundos de lucha de miradas y Tobirama alzó una ceja.

—Nunca estás en casa, hay que aprovechar. —respondió este, cruzándose de brazos. Sin dejar de mirarla.

La Senju se tomó la frente, aún más irritada.

—¡Demonios! ¡Deja de mirarme así! ¡Me estresas Tobirama! —exclamó luego de muchos minutos en que el Senju no dejaba de observarla. Sus manos alzándose hasta su cabeza.

No obstante, él hizo caso omiso a su petición. Por ello, la jounin de cabellos grises empujó a su hermano con molestia y subió escaleras arriba. Tobirama la alcanzó enseguida.

"Tobirama Senju es tan irritante, jodeeeeer ¿Donde estás Hashirama?" pensó, a punto de entrar a su habitación e intentando cerrar la puerta.

—Izune, fuera de juegos tengo noticias... — dijo, tomando la puerta para que esta no la cerrara y pudiese escucharlo.

—No me interesa, dejame en paaaz. —gruñó, haciendo mucho énfasis a la letra a—¡Joder Tobirama que sueltes la puerta! —gritó luego de unos segundos de lucha, con los humos saliendo por sus orejas.

Y no quería hacerlo, pero la peligris no aguantó un segundo más y juntó todo su chakra para concentrarlo en sus puños, cerrando así la puerta de golpe y apretando los dedos de su hermano simultáneamente. Él no demoró en quejarse.

—¡Mierda, Izune! —gritó el peliplata, mientras que desde el otro lado de la puerta se encontraba Izune, sujetando la perilla con malicia.— ¡Quita ya!

Tobirama por el otro lado forcejeaba la misma con su mano libre, intentando sacar sus dedos de allí lo antes posible.

—¡No, ahí te quedas maldito amargado!

—¡Los Uchihas tienen a tu novio como carnada, lo del ojo no fue coincidencia! ¡Maldita sea ábreme! —gritó hacia ella, molesto y algo adolorido por sus dedos. Aunque más, molesto.

Izune negó con la cabeza, observando sus uñas sin mucha importancia.

—No pienses que voy a caer en tus juegos, Tobirama.

—Abriré a la fuerza si no me abres esta maldita y putrefacta puer...

Entonces, la peliplata un tanto resignada se decidió a no llegar hasta ese punto. Así que, abrió la maldita puerta de un solo golpe y liberó los dedos de su hermano medio.

UCHIHAS | +16Where stories live. Discover now