setenta; Final.

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"Te digo adiós, y acaso, con esta despedida, mi más hermoso sueño muere dentro de mi... Pero te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti..." José Ángel Buesa.
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Tarde de una extraña Konoha, como las eran de costumbre estos últimos días de lluvia y todo parecía ir en orden. Sin embargo, ya era habitual para el antiguo maestro de Izune que tuviese compañía por las tardes; por más que no la quisiese. Era lo único que molestaba a su inquieta cabeza sobre su plan, o bueno, seguir el plan de quién se lo confió todo alguna vez.

¿Cuánto más tendría que fingir dentro de aquellas rejas?

—Bitzy, Bitzy araña subió a la telaraña, vino la lluvia y se la llevó. —cantó Shinri, inquietando un poco a su visita con una leve sonrisita  maliciosa— Tobirama fue a buscarla y ella se vengó, eso no le gustó a...

—¿Quieres callarte un segundo?

Habían pasado tres días apenas, tres míseros días desde la última vez en que el albino de apellido Senju había transitado por la celda en dónde Ukitake dormitaba todo el tiempo. Y no. Tampoco le agradaba la idea a Tobirama aunque tuviese que hacerlo.

Era su obligación como hokage y... como familia.

No obstante, él conocía la historia del pasado y de eso no tenía dudas. Solo por esa razón se mantenía a la deriva y no enviaba a sus hombres de costumbre para hacerlo, porque necesitaba encontrar respuestas y solo alguien como él podía conseguirlas. Solo él.

Además, no quería a más gentuza metiendo sus manos en el fuego. Como Hashirama.

—Hoy es la reunión Uchiha ¿Sabes? —rió el albino de ojos tapados, frente al silencio y los gruñidos amargados del segundo Hokage— Deberías enviar a Izune para que lo averigüe todo por ti, es Uchiha y merece saber lo que ocurre ahí dentro ¿No crees?

—Izune no es Uchiha, no tiene un solo pelo de ello. —soltó, un tanto a la defensiva— ¿Desde cuando te hiciste tan irritable? Antes me agradabas...

Aquello último sonó más como un murmullo que una mismísima sentencia. Ukitake rió.

—Si claro, y el sharingan es de bromas.

Tobirama bufó con molestia, mientras que Shinri tan solo se burlaba desde dentro como el maniático que parecía ser. Porque era cierto, si al albino no le hubiese agradado un momento, de seguro jamás lo habría dejado a cargo de su hermana pequeña. Y sí, aunque no lo quisiese admitir ella tenía en su sangre a ese clan que tanto causaba problemas. No los odiaba como todos solían creer, pero eran peligrosos para la aldea y sobre todo con ella, su hermana.

Ahora hija.

—Siempre lo fui, pero nunca te diste cuenta porque vivías en tu regimiento y burbuja militar. —alzó sus hombros, pensativo— Solo Kei conocía lo amargado que puedo llegar a ser, o bueno, también Madara. —se dijo, algo inquieto— Pero Madara es más ingenuo que tú, así que me da igual lo que pase con él.

Tobirama se puso de pie, arrugando de inmediato el papel que tenía en manos con aquella estrafalaria frase "Cuan rápido subes, rápido bajas". Porque estaba molesto, y mucho. No quería pensar que desde siempre aquel hombre tuvo esas intenciones hacia Izune, porque se sentiría idiota. Por mucho que fuera cierto.

UCHIHAS | +16Where stories live. Discover now