V: ¡esto... esto es hermoso, Dionisio!

D: para ti siempre tendré lo mejor, mi amor, nunca lo dudes.

Victoria lo besó con pasión y entre caricias llenas del amor que se profesaban, esa noche se entregaron como nunca antes. Se entregaron en cuerpo, en alma y en corazón. Se juraron fidelidad, amor y pasión para el tiempo que Dios les permitiera vivir. Por fin, después de tantos problemas, habían encontrado la felicidad.

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*Miami, Florida*

Victoria estaba contemplando la puesta de sol mientras miles de pensamientos la asaltaban. Había pasado un año desde que Dionisio y ella se juraran amor eterno frente a Dios y lo ratificaran ante la Ley. Respiró profundo inhalando la maravillosa brisa marina. La frescura del lugar era relajante y el ambiente hacia una mezcla perfecta. De momento, su celular interrumpió el momento.

V: ¿qué pasó, amor?

I: mamá, ¿dónde estás?, te estoy buscando desde hace media hora.

V: estoy pensando un rato, ¿necesitas algo, hijo? (Tranquila).

I: ¿todo bien? (Desconcertado con su actitud).

V: sí, hijo, sólo que necesito pensar un rato en soledad, ¿por qué?

I: es que estoy en el aeropuerto esperándote, tenemos que viajar a Grecia para la boda de los abuelos este fin de semana.

V: vete solo, mi vida, los alcanzaré después (algo perdida).

I: ¿cómo que me vaya solo, mamá?, ¿qué ocurre? Esto no es normal.

V: quiero estar un poco más aquí, así que no me contradigas y viaja tú solo, yo viajaré en un par de días (con un tono más autoritario). ¿Quedó claro?

I: está bien, me voy, pero cuando llegues a Grecia hablaremos muy seriamente (le colgó).

Victoria suspiró. No sabía cómo explicarle a su hijo por lo que estaba pasando, mucho menos a su familia, era algo que no terminaba de comprender y que le podría cambiar la vida.

*Grecia, Casa Victoria*

Max y María estaban supervisando la última colección de la empresa que funcionaba allá, cuando Fernanda les llamó.

Max: ¿qué pasó, Fer?

F: hablo para saber cómo van.

Max: dentro de una hora estaremos libres y saldremos para allá, ¿de acuerdo?

F: pues ojalá no se tarden mucho porque Dionisio me dijo que necesita hablar con ustedes urgentemente.

Max: ¿sabes de qué se trata?

F: no sean impacientes, me comentó que era algo de trabajo pero no me quiso decir nada más.

Max: de acuerdo, en cuanto lleguemos hablamos (colgaron).

M: ¿qué te dijo?

Max: que a Dionisio le urge vernos porque tiene algo muy importante que decirnos pero no me dijo más, según ella no sabe pero la conocemos lo suficiente para estar seguros de que sí sabe de qué se trata.

M: bueno, lo mejor es apurarnos porque mientras más pronto nos vayamos, más rápido sabremos lo que está pasando.

*Grecia, Mansión Ferrer – Gutiérrez*

El Sabor del Pecado IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora