Capitulo 31: "Dia 00: Se ha acabado el tiempo para nosotros".

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*Desde el punto de vista de Matt*

Beso sus labios con urgencia como si mi vida dependiera de ello estrechándola en mis brazos mientras sigo embistiendo en su interior lentamente, ella dice mi nombre gimiendo de placer debajo de mi, sus uñas clavados en mi piel mientras disfrutaba mis suaves movimientos quería demostrarle lo mucho que la amo que nunca olvidara esta noche como yo tampoco iba hacerlo, mi cuerpo arde por Keira por la mujer que le estoy haciendo el amor, mis labios vagan por su cuello, me muevo mas rápido quiero sentirla a mi alrededor.

- Tan estrecha, dulce y ardiente, Keira- le susurro en el oído con la respiración agitada.

- Oh Matt te amo tanto- dice jadeando mas fuerte.

- También te amo a ti, quiero que lo recuerdes siempre. Pase lo que pase, Keira- La beso en los labios con pasión y furor.

Siento que su cuerpo se tensa, cual me hace seguir embistiendo más rápido todavía en ella.

- Quiero que abras los ojos, mírame- le digo, ella los abre sus ojos avellanas han oscurecido por la lujuria del momento tan intimo que estamos compartiendo en su cama- Solo déjate llevar, hazlo por mi… Lo necesito, Keira…te necesito- mi voz se escucha ronca y urgente buscando su liberación.

- Oh Dios mío- Grita.

Su cuerpo explota en el mas increíble éxtasis puedo sentirlo lo cual me vuelve loco verla llegar al orgasmo tan majestuoso hace que también me corra con ella al mismo tiempo derramándome en su interior caigo rendido encima de ella, hundido en mi rostro en su cuello, Keira huele demasiado bien.

Aun sigo dentro de ella, tratando de calmar mi respiración nuestros cuerpos están sudorosos pero a la vez saciados, esta haciendo la mejor noche todas, me aparto un poco para verla apoyando mis codos cada lado de la cama.

- ¿Estas bien?- le pregunto besando la punta de su nariz, Keira sonríe.

- Oh si, eso fue increíble. Tu eres bueno en lo que haces- dice con picardía.

- Tú no te quedas atrás, nunca olvidare esta noche.

- Yo también, ha sido demasiado especial- acaricia mi rostro- eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, Matt… Le has dado color a mi mundo.

- Y tú al mío, Keira. Le has dado una razón a mi vida, eres como un ángel que ha venido a salvarme- sus ojos se llenan de lagrimas, no quiero verla llorar.

- Me mudare contigo a California- dice sonriendo.

- ¿De verdad?- digo asombrado- Oh Keira me haces muy feliz- le beso en los labios.

Me muevo otra vez dentro de ella lentamente y cierro los ojos, oh se siente tan bien.

- ¿Una vez mas?- suelta una risita.

- Oh si, esta noche dudo mucho que vayamos a dormir.

***********

Me levanto en la madrugada mi cuerpo esta sudoroso acabo de tener una horrible pesadilla que estoy en un desierto gritando el nombre de Keira pero no la consigo, mi corazón martilla con fuerza en mi pecho, veo el reloj que esta en la mesita de noche son las 6 de la mañana.

Solo me queda unos minutos con la mujer que amo, tengo que irme… No tuve el valor para decirle que me marcho este día a California a cumplir mi deber no quería romperle el corazón, me dolería en el alma tener que despedirme no lo soportaría.

Me levanto de la cama con cuidado de no despertarla, recojo mi ropa y entro en el baño, me doy una ducha rápido, me visto, cepillo mis dientes. Cuando salgo de la habitación, Keira sigue durmiendo plácidamente su cuerpo desnudo en la cama y su cabello dorado esparcido en la almohada puedo ver la cadena que le regale símbolo mi amor por ella, espero que lo guarde como un tesoro.

Me acerco a la mesa cojo su libreta y un lápiz arranco una de las hojas de papel y escribo en ella unas cuantas palabras cuando termino, la doblo y la coloco encima de mi almohada para que pueda verla.

Siento que las lágrimas silenciosas bajan por mis mejillas sin poder detenerlas, me inclino en la cama y beso el cabello de Keira cerrando los ojos.

- Espero que me perdones por esto… Prometo que volveré, amor mío- Le susurro.

Abro la puerta de la habitación pero me detengo a mirarla por ultima vez sin dejar de llorar esto duele mucho, joder, mas de lo que había imaginado.

- Te amo, Keira.

Luego salgo de allí, de su casa y quizás de su vida también. He dejado a la única mujer que he amado, solo para cumplir mi deber, que precio tan grande tendré que pagar, solo puedo pedirle a Dios que me haga regresar vivo de ese lugar al cual marcho, me permita estar de nuevo con Keira y esta vez para no irme jamás de su lado.

************

Llego al aeropuerto en unos cuantos minutos entrego mi pasaje a la encargada y luego dentro del avión, voy a mi puesto donde me siento mirando por la ventanilla recordando a Keira de lo mucho que quiero bajarme de este avión e irme corriendo a su lado pero no puedo hacerlo, esta vez no.

Una vez el avión despega mi corazón se rompe en mil pedazos, solo puedo imaginarme llorando por mi causa porque me he marchado sin ni siquiera haberle dicho adiós, espero que con esa breve carta que le he escrito entienda mis razones y que me perdone.

El viaje ha sido un poco tedioso pero por fin he llegado a California hace un poco de calor todo lo contrario a New York que en esta época navideña hace mucho frio, recojo mi equipaje del embarque, voy al baño cambio mi ropa por el uniforme militar color azul marino con mi boina negra y luego salgo del aeropuerto, tomo un taxi que me lleva directamente al cuartel.

Estoy de vuelta en “La base aérea Edward” bajo del taxi pagándola al conductor, entro a la base militar saludando algunas personas veo a Damián.

- Capitán Bomer- Me saluda con la mano en su frente como hacemos todos los soldados.

- Descanse, soldado.

- Que bueno verte de regreso ¿estas bien? Te ves algo cansado.

- Si lo estoy, solo que….- Me detengo no puedo contarle lo que me sucede prefiero guardarme ese dolor para mi – Nada, olvido.

Damián frunce el ceño pero no insiste en preguntar.

- Pasado mañana viajaremos a Afganistán, es oficial ayer nos aviso el sargento quien desea verlo primero.

- Dile que estaré con él en unos momentos, primero llevare mi equipaje arriba.

- De acuerdo, capitán.

Voy hacia a mi dormitorio esta exactamente igual que lo deje, coloco el equipaje en el suelo y me siento en la cama con las manos entre la cabeza respiro hondo alejando el dolor de mi pero es imposible, Keira esta en mis pensamientos no puedo dejar de recordarla.

De nuevo las lagrimas acude a mis ojos, mi corazón esta con ella ahora como me gustaría tenerla entre mis brazos y decirle cuanto la amo.

Solo serán unas cuantas semanas, solo espero regresar de Afganistán con vida para cumplir mi promesa.

Nadie Como Nosotros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora