Capitulo 28: Un Beso De Película.

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Salí de aquella ostentosa casa con el corazón en la boca, no podía creer ni entender lo que estaba pasando. Realmente no tenía ningun sentido, al menos parece ser que Cristian está bien, si es que de el hablaba su padre.

Una vez llegué a mi casa me encerré en la habitación, lloré una media hora ya que tenía mucho miedo de lo que le pudiese estar pasando al chico de los ojos verdes. Temía por su vida, por su salud, por su seguridad, tenía miedo de que me lo arrebataran para siempre de mis manos y de mi vida. Tenía que hacer algo, lo que fuese, con tal de asegurarme de que el estaría bien.

Cuando me calmé decidí ver el contenido de aquella caja roja que encontré en su armario. Tenía una inscripción en letras grandes que decía: No tocar, eso aumentó mi curiosidad y decidí abrirla. En su interior habían muchas cosas, habia fotos de el cuando era niño, se podía ver su enorme felicidad sus dientes eran algo separados y sus ojos eran de un verde muy claro y vivo.

- Al parecer siempre has sido lindo Black- pensé.

Seguí mirando aquellas fotos y vi una de el con una mujer joven y muy hermosa, él seguía siendo un niño de unos 5 años y la mujer aparentaba unos venti tantos, era hermosa, sus ojos eran del mismo color que los de Cristian, su piel parecía de porcelana blanca y su cabello era lacio y negro como un cuervo.

-Así que de ahí sacaste tu belleza- era evidente que aquella dama era su madre.

Tenía muchas fotos con ella, pero ninguna con su padre, tenía fotos con otro señor muy diferente. Aquel hombre era de tes blanca y de mirada sombría, sus ojos a diferencia de los de Cris eran azules y su cabello era de un rubio ceniza. Seguí buscando entre sus cosas y encontré también fotos de nosotros, todas las que había tomando en el viaje por Europa, eran realmente hermosas y verlas me hizo sentir muy triste y melancólico.

Habían también muchos voletos de avión, de diferentes paises de latinoamerica, Europa, Asia e incluso África y cosas de cada lugar, un viajero sin duda.

Pero entre todas esas cosas hubo una que llamó mi atención: un libro. Era más bien como una libreta de apuntes, por fuera era de un color gris y tenia una liga que impedía que lo abrieran. Una vez la retiré empecé a leer su contenido.

Si algún dia lees esto, es porque nunca más volverás a verme. Quiero que sepas que te amo, desafortunadamente te amo. Y he luchado todo este tiempo por arrancar ese sentimiento de mi ser, pero se me ha hecho imposible.

Si algún dia encuentras esta libreta, asegúrate de leerla una vez que sepas que me he ido, solo cuando tengas la plena certeza de que esto pasó, antes no lo hagas.

Era la letra de Cristian, pero sin duda era una letra algo diferente a la que conocía, estaba escrita como si lo hubiesen hecho apresuradamente, como si hubiese escrito en un momento de desespero.

Decidí respetar lo que decía al principio y no leerla hasta que supiera si el estaba bien o mal.

El dia siguiente era el partido final de la temporada y tenía que descansar para despertar fresco y concentrado, además de que el baile de invierno era solo en 2 días, es decir el dia después del partido final y necesitaba encontrar a Cristian para ambos eventos con urgencia.

La mañana siguiente desperté con una terrible jaqueca quee hizo vomitar unas dos veces, estaba realmente muy nervioso.

Esa noche era la gran final y al parecer el misterio Black no asistiría. Pasé todo ese día preparándome para el partido, el entrenador al saber que no logré encontrar a Black amenazó con sacarme del equipo pero al final solo resultó ser eso, una amenaza.

-¡Hey Sebastián! - gritó tom desde el otro lado de la cancha- ven acá un momento.

- ¿Qué pasa tom?- le dije una vez llegué a su lado.

-Nada seb, solo quería saber si pudiste contactarte con Cristian.

-No tom, lastimosamente no pude encontrarlo, creo que viajó con su padre a una junta de negocios, tu sabes... Cosas de ricos- le dije tratando de ocultar la realidad del asunto.

-Realmente es una pena, pero bueno... Se que si damos lo mejor de nosotros hoy ganaremos.

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El marcador era 45-44 con nosotros por debajo y solo faltaban 7 minutos para la jugada final, estabamos exhaustos y habíamos agotado todo nuestro arsenal de estrategia, los del otro equipo eran realmente buenos. El entrenador me nombró capitán el día de hoy y como su capitán a tom y logramos mantener el juego lo más parejo posible, la ausencia fe Cristian en el equipo realmente nos estaba afectando mucho.

-Entrenador- dijo uno de los integrantes del equipo que era encargado de suplantar a Cristian- Ya no puedo más estoy demasiado cansado u además creo que me fracture la muñeca en la última jugada, un bastardo me tacleo con demasiada fuerza, creo que ya no podré seguir más.

-¡No me jodas! ¡Lo que nos faltaba! El inútil de Black no aparece y ahora la niñita está lastimada ¡Estamos jodidos!

-No, no lo estamos- cuando escuché esa voz detrás de mi los vellos sudados de mis brazos se erizaron tanto que sentí que se me saldrían de la piel.

-¡Hasta ahora te dignas de aparecer, Black! -Sí, era el mismo Cristian James Black en persona. Tenía su uniforme ya puesto y sus ojos verdes brillaban como si la Fluorescencia viviera en ellos, mi corazón se estremeció.

-Acabemos con esto.

-Ya era hora ¡acaben a esas nenas maricotas! - dijo el entrenador.

El partido continuó con Cristian a la cabeza, el esta noche era el corredor principal, es decir el encargado de llevar el balón hasta la zona del otro equipo y hacer la anotación.

Comenzó la última jugada, eran todo o nada. El balón iba de mano en mano, de jugador en jugador, podía sentirse la tensión en el aire, los espectadores gritando a todo pulmón y maldiciendo a los del otro equipo y viceversa, las porristas haciendo sus barras, las gotas de sudor resbalando por mi frente, y el hermoso y redondo trasero de Cristian en frente de mi. Era muy tensionante.

Cuando el balón llegó a mis manos lo tomé con fuerza y busqué a el jugador encargado de hacer el punto final, busqué aquellos ojos esmeralda por toda la cancha y una vez los encontré estaban observandome fijamente, como si nunca lo hubiesen hecho, en ellos hubo algo que no pude entender. Sin más le lancé el balón y este al recibirlo salió corriendo, jamás había visto a alguien correr a tal velocidad. Muchos jugadores del otro equipo intentaban taclearlo pero este los evadia con perspicacia y sin problemas. Una vez que pasó absolutamente toda la defensa arrojó el balón al suelo y alzó los brazos victorioso, el reloj marcó 0 y el marcador 45-46 a favor nuestro.

Eramos ganadores y Cristian Black era el gran héroe de la noche. Todos corrimos a el a abrazarlo y felicitarlo. Y cuando llegó mi turno de hacerlo el se quitó el casco y me lo quitó a mi y en medio de la multitud atolondrada me besó.

Y entonces entendí que en aquellos labios quería quedarme para siempre.

GRAVEDAD (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora