Liam.

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Desperté con un ligero dolor en mi sexo, pero no me importaba, porque había sido la mejor noche de mi vida. Al girarme, vi de lleno la cara de Walden, que lucía muy gracioso. Su pelo estaba alborotado, y tenía su brazo de modo que cubría su rostro. Entonces cogí su móvil, me puse de pie en la cama y comencé a echarle fotos, cosa que le despertó.

—Eh ¿que haces? —dijo con una voz de dormido que me hizo reír. —Ah si? ¡Ven aquí! —dijo, cogiéndome de las piernas hasta que me tumbó junto a su cuerpo. Miles de cosquillas que producían carcajadas hicieron que me doliera la barriga, de felicidad.

Bajamos a la cocina y nos dispusimos a hacer el desayuno, junto a miles de juegos y besos. Pero ese momento se termino cuando alguien tocó a la puerta. Pensé que se trataba de su hermana, por lo que me quedé en la cocina mientras el atendía la puerta. Un rato después, Walden apareció con un semblante frío.

—¿Quien era? —pregunté.

—Deberías irte —dijo Walden.

—¿Por qué? ¿Es que no me quieres aquí? —dije acercándome a él

—No —dijo firmemente.

—¡Que te jodan! —dije arrojándole el trapo con el que estaba limpiando la cocina . No supe que más decir. No tenía lágrimas en mis ojos, era decepción y incertidumbre. ¿Qué había cambiado desde hace 20 minutos? Me puse la mano en la frente y espere un tiempo para tranquilizarme.

Me aproximé hacia el de nuevo tras un largo tiempo de silencio.

—¡Quién era! —dije enfadada.

—Nadie, márchate —dijo apartándome

—No puedes echarme sin darme explicaciones, ¿Que mierda ha cambiado desde hace 20 minutos?

—¡Joder márchate ya! —dijo señalando la puerta mientras me apartaba de él de nuevo.

Me vestí lo antes que pude. Salí pegando un fuerte portazo y me dirigí a la estación de bus, y de ahí al tren, y de ahí a Sally. No tenía ningún otro lugar al que ir, así que saqué el suficiente dinero como para ir a verla. Pero, sin embargo, al llegar a su casa, nadie respondió. Supuse que estaría de viaje como hace su familia muy a menudo.

No sabía a dónde ir. Estaba sola en mi antigua ciudad y no me quedaba más dinero para volver ni orgullo para volver a casa. De repente, pensé en Liam y decidí buscarle.

—Jessica —dijo sorprendido al abrir la puerta.

—Liam —dije, cosa que me recordó a los viejos tiempos.

Frágiles ©| COMPLETADOWhere stories live. Discover now