Me desperté por la mañana y sentí el calor del cuerpo de Jeffrey que me rodeaba en un abrazo fuerte, me hacía sentir tan segura en sus brazos, agarre mi móvil y tenía una llamada perdida de mi madre y un mensaje de Louisa.
Primero abrí el chat de Lou y eran varias fotos de Paris y un mensaje corto que decía "te extraño, te veo en una semana", me ponía tan triste pensar en Louisa, observe las fotos y mis ojos se llenaron de lágrimas, mi mejor amiga confiaba en mi ciegamente y yo no era capaz de confesarle que estaba enamorada de su padre, era una cobarde y una mierda de amiga pero no sabía cómo contarle todo esto, no sabía cómo decírselo, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas y los sollozos a escaparse por mi garganta, sentí como Jeffrey se despertaba y todavía algo dormido me abrazaba.
-Ey nena que pasa? – Dijo el con la voz algo ronca por no estar bien despierto aun- Porque lloras Rose? Paso algo?
-No es que... yo... - No podía respirar bien siquiera al hablar- No puedo con esto, me siento tan culpable- Ya había pasado de ser un par de lágrimas que caían por mis mejillas a ser un llanto histérico que no me permitía respirar, comencé a sentir una presión en el pecho que me estaba haciendo daño y me desesperaba aún más.
Jeffrey me miraba y se notaba en su expresión que no sabía qué hacer.
-Rose, por favor puedes tratar de respirar? Tranquilízate por favor – Mis manos comenzaron a temblar y el al darse cuenta las tomo y me miro a los ojos- Rose por favor quiero que me mires – Yo hice lo que me pedía – Y ahora vamos a respirar juntos si? – Yo asentí, aun sentía el calor de las lágrimas recorriendo mis mejillas y la presión en el pecho.
Jeff comenzó a inhalar y a exhalar mientras me miraba para que copie lo que hacía el.
-Eso es Rose, ahora quiero que cuentes conmigo si?- Comenzamos a contar del 1 al 10 y poco a poco mi respiración se fue calmando y el aire comenzó a entrar a mi cuerpo, cuando llegamos al 10 mis ojos estaban cerrados y mi respiración casi calmada del todo.
-Lo...Lo siento- Dije con la voz aun ahogada
-Por favor no me pidas perdón- Dijo Jeffrey acariciando mi cara- Puedes explicarme que paso– Su voz era calmada y tranquilizadora.
-Yo empecé... Louisa me mando unas fotos de Paris, y me puse a pensar en ella, en esto, en nosotros...- Mi voz se fue quebrando nuevamente.
Jeffrey me abrazo y me mantuvo ahí en sus brazos por un rato- Shhh... tranquila nena, yo sé que es difícil, créeme pienso en eso todos los días, pero todo va a estar bien si? – Me tomo por las mejillas y me miro a los ojos- Voy a encontrar la manera de que todo esto funcione Rose.
Yo asentí y me levante del sillón y fui al baño a lavarme la cara, cuando salí del baño Jeffrey estaba acomodando el sofá en el que habíamos dormido, él estaba con un bóxer puesto, cuando me miro, sonrió.
-Me parece que vas a tener un poco de frio si sigues así – Yo mire hacia abajo y recordé que iba desnuda mis mejillas se tornaron rojas y corrí al baño y agarre una bata de ducha de Louisa y fui de nuevo al living.
Jeffrey se acercó a mí y me beso, con su mano acaricio mi pelo – Estas mejor? – Dijo el mirándome, yo solo asentí y le sonreí sin enseñar los dientes.
-Te tengo una propuesta – Dijo el abrazándome por la cintura.
-Cuál?- Dije yo pasando mis manos por su cuello.
-Yo ahora debo irme a trabajar y tú debes llamar a tu madre, te llamo hoy temprano así que porque no desayunamos juntos, y luego de hacer nuestras cosas nos vamos a cenar a algún lugar donde nadie nos conozca? –Dijo el sonriéndome.
-Me parece una idea formidable Señor Morgan- Dije yo haciéndolo soltar una risa.
Desayunamos algo rápido y luego cada uno se fue a sus cosas, yo llame a mi madre a la cual hace mucho que no veía y le propuse que fuéramos de compras, quería comprarme algo lindo para usar esta noche, mi mama me conto que un amigo de mi padre que era médico le había comentado que había un puesto vacante en la morgue de su hospital y que me iba a recomendar a mí para dicho puesto, al fin después de un mes de buscar un trabajo decente una pequeña puerta se abría.
Me compre un blazer negro y unos pantalones de cuero ecológico negros también, ya tenía en mi cabeza listo lo que iba a usar esa noche, mi madre noto lo contenta que estaba y me pregunto varias veces que me sucedía pero pude poner de excusa lo ilusionada que estaba con el nuevo trabajo, que no era mentira tampoco.
Cuando volví al departamento vi la hora y eran las 6 de la tarde, había quedado a las 8 con Jeff según un mensaje que me había mandado cuando estaba con mi madre así que luego de tomarme un café y ver un capítulo de mi serie favorita, me bañe y me cambie, me puse un poco de maquillaje y deje mi pelo suelto, Jeff siempre me decía que le gustaba mi pelo rubio lo más natural posible.
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A las 7:55 tome la copia de las llaves que me había dado Jeff del departamento y salí del mío, cruce el pasillo y abrí la puerta.
La presión en el pecho volvió y mi corazón se estremeció cuando vi lo que había al otro lado de esa puerta, Katherine y Jeffrey besándose, apenas escucho la puerta, Jeffrey que estaba de espaldas a mí se separó de Katherine, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos, Jeffrey camino hacia mí.
-Rose por favor, no es lo que parece.
-QUE NO ES LO QUE PARECE? –Grite histérica- ARRIEZGUE TODO POR VOS, Y ASI ME LO PAGAS.
Jeffrey se giró y miro a Katherine- Katherine vete, ahora- Su voz era dura.
-Pero Jeff, yo creí...
-Creíste mal, ahora vete, ya.
Katherine pasó por mi lado sin decirme nada, Jeffrey cerró la puerta en cuanto salió, el dolor que yo sentía por dentro era muy fuerte.
-Rose por favor en serio.
-NO ME HABLES... TU... TU CARA DE ESPINACA- Dije respirando muy agitadamente y gritando, no sabía que decirle, no me salían los insultos, no me salía nada, estaba perdida- No quiero que me dirijas nunca más la palabra, a partir de ahora yo soy simplemente la amiga de tu hija- Dije mirándolo, me dolía decir esas cosas, pero no podía pensar de otra manera luego de lo que había visto.
-No es lo que parece Rose, por favor.
-A mí me pareció ver muy bien cómo te besabas con Katherine- Puse una mano en la manija de la puerta- Le deseo mucha felicidad Señor Morgan- Le eche un último vistazo a ese Jeffrey con expresión triste y salí por la puerta, cuando salí de ahi escuche un golpe que venia del departamento de Jeffrey seguido por un grito, un grito que mezclaba bronca y tristeza, no fui a mi departamento, baje por las escaleras y camine por la noche de Los Ángeles, sin rumbo alguno.
