Había pasado una semana desde nuestro encuentro con Jeffrey, desde que lo había besado en un impulso estúpido, todavía recordaba el suave contacto con sus labios, unos labios que sabían lo que hacían, como me levanto con sus fuertes manos y como sentí su miembro en mi entrepierna, también recordaba su cara de desilusión y enojo cuando lo rechace y lo eche de mi departamento, había arruinado el momento, y había desperdiciado la oportunidad con el hombre que me mantenía soñando despierta por las noches; no había tenido ni una sola noticia de el, Lou había estado súper ocupada con el trabajo, le estaban saliendo unas oportunidades que podrían impulsar su carrera de una manera increíble así que no había ido a su casa en esos días.
El no verlo después de lo que paso me estaba matando, había metido la pata hasta el fondo, la noche del viernes, sabía que Lou no iba a estar en el departamento porque tenía una reunión de trabajo así que decidí ir a tocar la puerta y ver si su padre estaba en casa, no me gustaba ocultarle a Louisa algo tan grande como esto, pero estaba fuera de mis manos, y tampoco quería pensar que pasaría si se enterara.
Después de estar una hora sentada en el sillón mirando a la entrada de mi departamento, me arme de valor y camine decidida a plantarme al frente y hablar con el, salí de mi departamento y camine hasta su puerta, y con la mano temblorosa por los nervios di unos suaves y tímidos golpecitos...
Escuche pasos y una voz algo difusa del otro lado de la puerta, era esa la voz de una mujer? Esto había sido una mala idea, quería salir corriendo de ahí, pero antes de tener tiempo a reaccionar, un Jeffrey sin remera y con el mismo pantalón que tenía la primera vez que lo vi después de tres años me abrió la puerta sonriente, cuando me vio su expresión cambio de felicidad a sorpresa
-Rose...- Dijo el mirándome
-Quien es Jeff? – Una chica rubia de ojos marrones se paro atrás de el y me sonrio.
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Mi corazón al verla se rompió en un millón de pedazos.
-Hola –Dijo la rubia sonriéndome, se notaba una chica súper extrovertida y amable- Mi nombre es Katherine.
-Hola – Dije yo con un nudo en la garganta- Un gusto conocerte yo soy Rose – Mire a Jeffrey, por dentro estaba luchando porque las lágrimas no se asomaran por mis ojos – Esta Lou?
-No Rose, ella está en una cena de trabajo, no te lo dijo?- Dijo el algo extrañado.
-Oh si es verdad, debo haberlo olvidado, bueno los dejo tranquilos, fue un gusto Katherine, adiós Sr.Morgan- Dije y di media vuelta y me fui a mi departamento.
Escuche como se cerraba su puerta en el pasillo y empecé a sentir lagrimas sin control salir por mis mejillas.
No sé que pensabas, decía esa vocecita en mi cabeza, que estaría con vos? Que se enamoraría de una niñita insegura y tonta? Que iban a ser felices para siempre?.
Llore y llore como no había llorado nunca en mi vida, y sin saber cuando me quede profundamente dormida.
