El día de la mudanza había llegado, a mis padres les había parecido una idea excelente que me mudara al lado del departamento de Louisa, ya que, cualquier urgencia siempre podía recurrir a su padre, si mi madre supiera...
Después de estar todo el día subiendo las cajas de mi viejo cuarto y los muebles que mi padre me había regalado para mi nuevo departamento, todo había quedado bastante bien, era un departamento de dos ambientes con techos bastante altos y después de un arduo trabajo entre Lou y yo había quedado súper acogedor, con cada espacio bien definido y bien utilizado.
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-Creo que quedo bien- Dijo Lou tirándose sobre el sillón- Uf, estoy muerta.
Eran alrededor de las doce del mediodía.
-Hagamos pizza casera – Dije sentándome al lado de Lou- Como cuando estábamos en la escuela!! Siiiii??? – Dije haciéndole pucherito.
-Está bien pero a las tres me tengo que ir a trabajar, así que empecemos ya- Dijo mientras nos levantábamos e íbamos hasta la cocina-
Cocinamos alrededor de una hora entre mini guerritas de harina y risas incontrolables salieron unas pizzas exquisitas.
-No hemos perdido el toque- Dijo Lou con la boca llena – Me tengo que ir son las 14:30 y no puedo llegar tarde- Le dio el último trago a su cerveza, me dio un beso en la mejilla y agarro las llaves del auto de la mesita de la entrada- Te quiero!!- Dijo cerrando la puerta.
Mire hacia la cocina y observe el desastre que habíamos hecho así que me puse un pantalón de jogging ancho un top deportivo, puse música a bastante volumen y me puse a limpiar, por suerte en este edificio había muchos jóvenes y no había restricciones para el volumen de la música.
Cuando ya tenía más o menos la cocina ordenada mientras bailaba por todo el departamento, sentí unos golpecitos en la puerta, baje la música y me dispuse a abrir.
Cuando abrí ahí estaba el, apoyado en el marco de la puerta con unos jeans desgastados, una remera blanca, una camisa gris por sobre ella y sus lentes negros.
-Hola vecina- Dijo sonriéndo y mirándome de arriba abajo, yo me había quedado muda, no sabía que decir, estaba semi desnuda por la parte de arriba con el hombre que me volvía loca al frente mío.
-Pensaba que nunca ibas a pedírmelo- Dijo el pasando por al lado mío y entrando al departamento. –Te quedo lindo-Dijo mientras miraba todo con las manos en los bolsillos- Es muy vos- Se dio vuelta y me miro.
-Gracias por conseguir esto para mi Jeffrey-Dije yo mirándolo, estábamos relativamente cerca uno del otro, a unos 2 o 3 pasos- Fue muy lindo de tu parte.
El dio un paso acortando un poco la distancia entre nosotros.
-Haría eso y mucho mas por vos Rose- Dijo el mirándome directo a los ojos.
Por dios me ponía tan nerviosa estar cerca de el, la tensión se podía cortar con un cuchillo de manteca.
Dio un paso mas y quedo justo al frente de mi, en ese momento mi cuerpo se movió sin que yo siquiera diera la orden para ello, pase mis manos por la parte de atrás de su cabeza y pegue mis labios a los suyos, sentí como el me tomaba de la cintura acercando mas nuestros cuerpos, el beso era pausado y apasionado, solté un pequeño gemido cuando mordió mi labio inferior, Jeffrey subió mis piernas a su cintura haciendo que lo rodee, y me apoyo contra la pared, podía sentir como su miembro endurecía contra mi, estaba tan excitada que me faltaba el aire.
Nos separamos para respirar y nos miramos, había besado al padre de Lou.
No.
No.
No.
Eso estaba mal por todos lados, me baje de su cintura aun agitada y me separe de el.
-Yo... Yo lo siento Jeffrey- Dije mirando al suelo.
-No tienes porque pedirme perdón Rose eso fue...
-Va a ser mejor que te vayas –Dije caminando hasta la puerta y abriéndola.
El se quedó inmóvil mirándome y salió por la puerta cerrándola de un portazo.
