Refutaciones

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(Por: Kyle)


Los siguientes días fueron una locura. Beckendorf tenía programadas prácticas esa semana y ya empezaban a tomarlas. Estudiar no era complicado, pero hacerlo con James e Irina debatiendo sobre conspiraciones de épocas remotas podría ser calificado de deporte extremo.

Ni siquiera yo, que adoraba Casos Criminales, podía seguirles el ritmo. ¿Cuándo habían aprendido todas esas cosas? ¿Siempre fueron expertos en política del siglo XIX y nunca lo supimos?

Sin embargo, sabía que había algo raro. De vez en cuando, Irina y James se alejaban de nosotros para discutir en privado sobre los dioses saben qué.

Hablo en plural porque Emmeline parecía tan desconcertada como yo.

"Ella siempre sabía mucho de historia pero esto es superarse a sí misma", me escribió una tarde, sabiendo que si decía algo Irina podría escucharla al decirlo en voz alta.

"Igual James"

"¿Tú crees que tenga algo que ver con lo que dijo Driggers?"

"Sí, sobre que los quería solo a ellos. Hay algo sobre sus familias siendo ricas que no quieren decirnos"

"Tal vez no pueden"

"A estas alturas creo que no deberíamos ocultarnos nada entre nosotros"

Les echó una mirada insegura y negó con la cabeza. Irina estaba riendo de algo que James había dicho.

"Ella ha cambiado" volvió a escribir Em, "nunca antes la había visto reírse tanto".

"James es divertido, supongo"

"¿Qué crees que sea? ¿Las familias reales queriendo volver a instaurar la nobleza?"

Me encogí de hombros para evitar tener que escribir que no tenía ni idea. Emmeline se hundió en la silla y puso esa expresión dolida que solía llevar cada vez más últimamente.

No se movió hasta que ellos regresaron, todavía enfrascados en un intenso debate.

—....la Cofradía mantiene las leyes y experimenta con cosas oscuras, ellos mismos lo han admitido, pero tienen serios controles para hacer que todo sea en favor de la comunidad.

—Los controles pueden ser burlados—respondió sombríamente Irina.
James no se daba por vencido.

—¿Qué tipo de burla necesitarías para algo que genera estas dimensiones de energía demoniaca?

Por fin llegaron a nuestra altura y preguntaron si habíamos encontrado algo.

—Solo tenemos una posible conspiración organizada a finales de 1914, donde se intentó restaurar las áreas de práctica de la Cofradía fuera de Igereth. No estamos seguros de si intentaban construir otra isla o trasladarse al mundo humano, pero fue algo que desapareció con el embajador en 1915.

—Pero no lo tenemos claro porque simplemente le perdimos el rastro al documento. No hay ninguna orden oficial de cancelación, lo que significa que sigue pendiente de aprobación, ¿cierto?

Irina y James cabecearon en simultáneo.

—Eso es extraño —comentó Irina—. ¿Han buscado en gobiernos recientes? Puede que la conspiración lo dejara así porque el gobierno no era favorable y esperaron hasta que viniera alguien a quien pudieran manipular.

Parecía que ya estábamos sobre la pista cuando James nos interrumpió.

—Es probable que se perdiera –dijo con superioridad—. Porque la mayoría de actas de esa época fueron canceladas en virtud de la falta de gobierno.

—¿Qué?

—Edmundo Wagler fue el gobernador —explicó él—. De 1911 a 1914.

—No, lo fue hasta 1916 —reclamó Irina—. Eso explica la visita a....

—1914 –repitió James—. Mi tatarabuelo trabajó para el ministerio en esa época. Edmundo fue embajador hasta 1914 pero se mantuvo su nombre en el cargo porque con la llegada de la Primera Guerra Mundial, no fue fácil encontrarle un reemplazo. La Cofradía no se podía permitir tener propuestas aceptadas por cualquiera, así que las devolvió todas y esperó a que se volvieran a presentar en el siguiente gobierno. Esa debió ser una de las que desistieron de volverlo a intentar.

Irina gruñó.

—Bien. Genial. Perfecto. No sabía eso. Ahora no tenemos nada.

James soltó un largo suspiro y se sentó junto a ella.

—Irina, estás empeñada en embarrar a la Cofradía, pero no hay nada que apunte en su dirección. Tal vez son ellos los que tienen infiltrados. Solo necesitamos saber de qué tipo.

Emmeline se sentó al otro lado.

—Nina —susurró—, tal vez deberíamos buscar qué es lo que puede estar dañándote. Tenemos mucho tiempo para averiguar cosas sobre conspiraciones en las que Driggers pudo estar metido, pero tu salud empeora cada vez más. Es tiempo de que le digas a Rushton...o a tu padre.

Pero ella soltó un gruñido furioso y salió de la biblioteca tan rápido que fue un simple borrón.

Contra todo pronóstico, James soltó una risita.

—Me encanta esta chica.

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora