Ilusionismo

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(Por: Kyle)


Era Jueves y estaba atascado en medio de la clase de historia más deprimente del mundo. Esto era incluso peor que el primer día en que Musgrove era aburridísimo. El señor Oliart, quien también era subdirector, paseaba de un lado a otro sin despegar la vista del libro desde el que dictaba su lección. De vez en cuando, en la clase, alguien iniciaba una cadena de bostezos o anotaba alguna línea.

La lección iba acerca de la firma de los tratados con la hermandad Lupus, un tema que había visto en Diringher en cuarto año. Estaba tan aburrido, que sólo quería que llegara pronto el martes, para una nueva clase de ilusionismo.

A pesar de mi inicial escepticismo, Ilusionismo era la clase más interesante que Beckendorf ofrecía.

Habíamos tenido que revisar la currícula para asegurarnos que no estábamos perdidos en el curso.

Irina fue la que tuvo la idea durante el almuerzo. Sacó un folio lleno de hojas y empezó a preguntar cosas como: "¿Qué saben de la historia del ilusionismo?" o "En el Tercer año estudian impulso de sentidos básicos, ¿saben algo de eso?".

En Diringher aprendíamos esas cosas como parte de Encantamientos, pero en Beckendorf era un curso aparte. De la misma forma que los cursos de Historia y Leyes Avanzadas, en Diringher se mezclaban simplemente en Historia.

Nos dirigimos al bosque con cuidado, siguiendo al conserje Rinolds que nos señalaba dónde había decidido la profesora hacer su clase ese día.

La señora Vollmer se llevó todo mi respeto desde el primer momento. No solo porque cuando llegó, los usualmente inquietos alumnos de Beckendorf se quedaron en silencio y expectantes, sino porque tampoco parecía llevar un reinado de terror sobre su clase. Se acercó a nosotros un segundo.

—¿Todo bien? —preguntó amablemente—. Soy Melissa Vollmer, profesora de Ilusionismo. Sé que no tienen esto en Diringher pero conozco a la señora Burchett y estoy segura de que ella les ha enseñado mucho sobre mi asignatura.

Sonrió y nos pidió con un gesto que formáramos una media luna a su alrededor.

—Hoy empezaremos con un tipo diferente de engaño. Ya hemos visto que las ilusiones sensoriales en realidad son ilusiones mentales, pero ahora vamos a ir más lejos, a un nivel en el que muchos confían incluso más que en lo que ven. ¿Alguien sabe de qué hablo?

Una chica de cabello largo y ojos grandes alzó la mano. Era bajita pero por alguna razón, su mirada me hizo sentir pequeño.

—Señorita Savanah —dijo la profesora asintiendo en su dirección.

—Percepciones y extrasentidos, niveles internos —tenía una voz bastante extraña, y ponía los acentos en lugares curiosos—. Es lo que muchos llaman el sexto sentido.

—Es correcto. Para empezar, los quiero en las parejas de siempre.

La clase se movió para ubicarse y la profesora nos miró.

—Señor Anderson, con la señorita Swift —dijo animadamente—. Señorita Britt, señor Sandler, gracias.

¿Es que esta mujer era amiga de Robson? Con un suspiro resignado, me puse con Emmeline.

El resto de la clase ya estaba ordenado.

Cerca de mí, Víctor estaba con la chica que había respondido la pregunta de la profesora. Por primera vez, no tenía la desagradable sonrisa de siempre, sino que la observaba con cuidado mientras ella se movía a su alrededor.

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora