Recién convertido

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(Por: Emmeline)

—Fuera de mi camino –espetó Nina al ver la herida del lobo.

Despejó rápidamente un espacio de dos metros cuadrados y empezó a pasar sus dedos por la hierba. Cuando terminó, había un pentagrama dibujado.

—¿Nina?

—Silencio —me cortó ella volviendo a repasar las líneas. Cada lugar que tocaba se iluminaba con un leve resplandor.

—¿Qué haces? —Se me unió James.

Irina bufó.

—Ya lo saben —replicó sin detenerse.

—¿A qué te refieres? —Preguntó Kyle.

Irina paró un instante para mirarlos con incredulidad.

—Ustedes me vieron hacer esto antes. ¿Pentagrama, levitación?

Los dos pusieron caras de entender todo de repente.

—Se usa para detectar fuentes de energía oscura —explicó Nina al darse cuenta de que de todos modos nadie había entendido qué pretendía—. Cuidado cuando empiece, la espiral va a intentar atraerlos. Cuiden cualquier cosa de metal que tengan.

James se llevó una mano hacia el colgante que siempre traía puesto y que le había salvado la vida en una ocasión, mientras Kyle guardó su reloj.

Yo seguía sin entender pero Nina no parecía darse cuenta. Siguió hablando en voz baja mientras el pentagrama seguía iluminándose.

De repente, una mano se cerró sobre mi muñeca y di un respingo.

Kyle me jaló delicadamente hacia atrás y empezamos a caminar hacia los árboles. Era una buena cosa que él me estuviera llevando porque no podía apartar mis ojos de Nina ni siquiera para asegurarme de que no tropezara con una rama.

Ella parecía absorbida por su dibujo. Se colocó en medio y cruzo las piernas al sentarse. Tomó un minuto de extrañas letanías para que empezar a elevarse.

Se me escapó un jadeo e intenté avanzar hacia ella.

—No —me detuvo Kyle—. Ella sabe lo que hace.

—Pero...está enferma —reclamé volviéndome para mirarlo a los ojos—. Puede ponerse peor...

—Es su elección, ¿no crees?

Sentí que los ojos se me llenaban de lágrimas.

—No voy a dejar que se mate por esto.

Hasta mi voz sonaba terrible. Cuando volví a ver a Irina, su cabello estaba alborotado como si alguna fuerte brisa fuera a llevársela lejos. Algo empezó a jalar mi mano. Era la pulsera que el señor Britt me había regalado por navidad.

Ahora entendí a qué se refería con "la espiral va a intentar atraerlos", era como si se hubiera transformado en un imán.

La mano de Kyle se cerró sobre mi muñeca al tiempo que pasaba un brazo sobre mis hombros.

—Ella estará bien. Es fuerte.

Estaba tan frustrada por tener que dejarla sola que prácticamente me derrumbé sobre él.

—Ella está débil —murmuré contra su pecho—, me preocupa. Si algo le pasa...no sé qué haré, Kyle.

—Lo sé —dijo él abrazándome con más fuerza—. Pero lo encontraremos, Em. Vamos, respira.

Probé los ejercicios de respiración de James y logré calmarme un poco. Kyle, quien ahora olía a algo parecido al romero, también ayudó.

Irina tardó alrededor de cinco minutos en detener su extraño ritual

—Esta secuencia de símbolos ayuda al rastreo de energía oscura —dijo cuando descendió—. Hay energía oscura en ese lobo, pero no está cerca. Es imposible rastrearla. Lleva herido más de una semana.

—¿Entonces qué hacemos? —Observó James al darse cuenta de que ella no salía del pentagrama.

—Kyle, necesito que le cures la herida de la parte demoniaca...yo voy a intentar disipar la energía que debe tener acumulada. James, Mel...¿pueden manejar un poco de energía demoniaca?

Los tres asentimos.

Kyle se acercó con cuidado al lobo.

—A la de tres, ¿vale?

Kyle asintió mientras James y yo convocábamos esferas de luz por todo el claro.

Irina empezó a recitar un salmo y el pentagrama se activó. Al mismo tiempo, el lobo empezó a iluminarse. Kyle retrocedió, inseguro, pero la voz de Irina lo detuvo.

—Kyle, uno, dos...¡tres!

El brillo se incrementó de tal forma que tuve que dejar de convocar esferas para poder cubrirme los ojos.

No solo tuve que esperar que el resplandor atenuara, sino que las esferas que James y yo habíamos convocado disiparan la niebla de la energía demoniaca.

Cuando sentí que era seguro volver a mirar, la expresión de Nina me dejó en claro que no era nada bueno.

En el lugar del lobo se encontraba el cadáver de un chico de no más de quince años.

La expresión de Kyle era incluso peor.

—Yo lo conozco —dijo con voz estrangulada.

No terminaba de recuperarme de la sorpresa de sus palabras cuando retrocedió y tuve que contener un jadeo al darme cuenta de lo que había en su cuello: la marca de Driggers.


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Hola a todos!!

A partir de hoy regreso a la rutina de capis los jueves y domingos. Ya terminé de instalarme en mi nueva casa :)

¡Besos y calma!

Vale

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora