Golpe de suerte

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(Por: Kyle)

—Ha sido un golpe de suerte de lo más loco —les dije—, la señora Behar estaba simplemente furiosa y terminó ofreciéndome la misión.

—Eso no tiene ningún sentido —señaló Nina.

—Behar estaba furiosa porque Víctor y su pandilla se metieron con un alumno hoy en clase —expliqué—. Sus tornados en miniatura le rompieron los lentes, destrozaron sus zapatillas, y le pusieron la ropa al revés. Tardó como media hora en detenerlos y arreglarlo, y tuvo que enviar al chico a la enfermería porque casi lo ahogaron.

—Y Kyle, como chico bueno, se ofreció a ayudarla con el desastre que armaron en el resto del salón mientras ella estaba distraída —intervino James.

—¿Y tú simplemente te fuiste? —Le recriminó Irina.

—La profesora me dijo que podía quedarme con la misión si quería —la interrumpí antes de que James dijera alguna tontería—, y me pidió que llevara algunos amigos.

—¿Y ya? ¿Eso es todo?

—Sigo sin poder creer nuestra suerte. Aunque en realidad tenemos que agradecerle nuevamente a Víctor que estemos aquí.

Todos bufaron en simultáneo.

—Ni lo sueñes —murmuró Irina.

—¿Sobre quién es? —Preguntó Emmeline, intentando romper la tensión.

—Ni idea. Un avistamiento de hombre lobo en Rootshire en esta dirección, hay algunos indicios que apuntan a que siguió al otro lobo, el de año nuevo. Hay licencia para matar...pero prefieren traerlo con vida para interrogarlo.

—Idiotas —murmuró Nina.

Me volví hacia ella.

—¿Qué pasa?

—No sabemos nada sobre ese lobo, podría ser Jason Farmheads por lo que sabemos.

Jason Farmheads era el director de la hermandad lupus.

—Han dado licencia porque es un submundo que se introdujo en el terreno de una academia —rebatí.

—No es excusa suficiente. Puede haberse perdido, ser un maldito, pero disponemos de su vida sin más.

—Bueno, tenemos licencia para matar —susurró James con calma, dándome una mirada de "cierra la maldita boca"—, pero no tenemos que hacerlo. Entre los cuatro creo que podemos conseguir simplemente hacerlo prisionero.

Irina movió la cabeza, como si lo estuviera considerando.

—Entre los cinco —señaló Emmeline—. Vamos a tener un supervisor.

—Es verdad, nos tocó el profesor Domingo Mantor —recordé—, ¿lo conocen?

Irina se iluminó de repente.

—Es mi profesor de rastreo...pero no encontraría a un minotauro en una cristalería.

—Excelente —añadió Em.

Nadie más parecía haberse enterado y afortunadamente, la noche llegó sin contratiempos.

Irina, Em, James y yo nos encaminamos juntos hacia la oficina de Rinolds por los collares.

Este nos dio una mirada despectiva cuando le dijimos el motivo de nuestra visita.

—¿Profesor? —Espetó mientras buscaba los formularios.

—Domingo Mantor —indicó Irina alegremente.

Después de unos segundos, encontró la hoja adecuada y verificó que tuviera nuestros nombres en ella.

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora