La señal del vampiro (Igereth #2)

Navidad

(Por: Kyle)

Emmeline no parecía consciente de que, después del baile, mi brazo aún descansaba en su cintura y yo no sabía cómo quitarlo de allí. Podía sentir la mirada de sus padres quemándome en la espalda.

Seguimos a James y a su madre de vuelta al sillón que parecía haberse convertido en el lugar oficial de reunión.

La madre de James seguía hablando sobre cómo casi pisó a uno de los invitados y que qué diablos pasaba con sus modales.

—Adelaida Gothrem, es usted la mujer más encantadora, nadie pensaría que algo que viniera de su parte es una ofensa. Consideraría un honor ser pisado por usted.

La madre de James se sonrojó pero James a mi lado dio un respingo. Me preparé para detenerlo. El padre de Irina solo estaba siendo amable, no coqueteándole.

Me tomó del brazo y me arrastró fuera de allí disimuladamente, lo que me solucionó el tema del abrazo a Emmeline.

—¿Has oído eso? —susurró— la llamó Gothrem. Ese nombre...lo he oído antes. Solo no puedo recordar dónde.

Demoré un segundo en captar cuál era su preocupación.

—¿No es el apellido de soltera de tu madre? Parece que se conocen de otros lugares.

—Te lo dije —susurró James con la mirada perdida—. Reuniones de la nobleza. Pero ese no es el apellido de mi madre, estoy seguro de que lo he oído en otro lugar.

Me encogí de hombros y James no tardó en darse por vencido.

Volvimos cuando los padres de Emmeline se unían para la cena. James tuvo que esperar que eligiéramos una mesa e incluso que su madre mirara el árbol de navidad y exclamara nuevamente "¡Pero dónde están mis modales!" y, con un chasquido de sus dedos, el árbol quedara tan limpio, las velas tan brillantes y las esferas tan relucientes que ni siquiera parecía el mismo.

—Mamá, deja de alardear —se burló cariñosamente James.

—Querido, soy una decoradora apasionada, no podía dejar que teniendo estas habilidades, dejara a ese pobre árbol avergonzarse frente a todos.

La madre de Emmeline rio y ambas empezaron una animada conversación sobre (quién entiende a las mujeres) los monumentos más bonitos de Madrid. Había olvidado que era humana, aunque al menos eso explicaba el extraño acento.

James me dio un codazo y se volvió hacia el padre de Irina.

—Disculpe, señor Britt —su sonrisa era tan aduladora que Irina le dirigió una mirada de alerta—, usted ha llamado Gothrem a mi madre....quisiera saber qué significa.

En medio de su conversación, la madre de James se puso pálida pero Adolph Britt sonrió.

—Debe haberme entendido mal, joven Sandler. La llamé "gother", que significa en lengua antigua "una sonrisa que compadecería a la muerte". Y es, evidentemente, la que su madre posee.

La madre de James sonrió con timidez y la de Emmeline exclamó:

—¡Eso es muy hermoso!

Pasamos el resto de la velada en un ambiente tranquilo. El padre de Irina nos contó cosas de Beckendorf, la madre de James siguió soltando grititos cada vez que algo de la decoración le parecía material para reemplazar, el padre de Emmeline seguía insistiendo en comentar noticias de la Cofradía y su esposa seguía dándole miradas compasivas e interrumpiéndolo con un: ¿Quién desea más chocolate caliente?

Nadie mencionó ni por un segundo la audiencia con la Cofradía. Ni una sola frase que incluyera las palabras "criminal peligroso". Y por un momento, casi se sintió como si así fueran todas las navidades en familia.

Ni siquiera se volvió raro cuando todos nos pusimos de pie para bailar.

Emmeline era una excelente bailarina y no protestó cuando me puse a tararear inadvertidamente.

Los padres de Emmeline se acercaron de forma tan sigilosa que sólo los noté cuando ya estaban junto a nosotros. Su madre me atravesó con una mirada tan llena de divertida curiosidad que tuve que hacer grandes esfuerzos por no sonrojarme.

—Em, cariño, creo que es hora de los regalos de navidad —dijo su madre mientras yo temblaba ante la mirada de su padre, que no me atrevía a desviar.

En ese segundo, las campanadas empezaron a sonar.

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Hola a todos!!

Disculpen la demora!! Es que el jueves cruzaba la calle para llegar a casa y olvidé que era el partido Perú-Paraguay. Las calles iban llenas de gente y todos corrían. Un IDIOTA me pasó corriendo y me atropelló con su mochila. Caí tan fuerte sobre la pista, que me rompí el jean y mi rodilla quedó sangrando. 

Obviamente cuando logré llegar a mi casa, el capítulo y todo quedaron fuera de mi cabeza. Ayer me quedé dormida, así que lo primero que estoy haciendo hoy al despertarme, es darles el capítulo que les debía. 

Mañana también habrá capítulo (uno muy emocionante, por cierto). 

¡Gracias por seguir aquí!

Vale