El secreto de James

5K 707 19
                                    

(Por: Kyle)

—Una vez un gorrión se coló en mi casa. Lo atrapé pero no sabía qué hacer con él. Siempre vi a mi madre hacer desaparecer las cosas en su bolso así que...bueno, lo metí dentro. Cuando lo abrió, el gorrión había hecho trizas la mitad de lo que había allí y salió volando. Mamá creyó que fue mi hermano porque estaba molesto cuando no le compró unos zapatos que quería. Lo castigaron y nunca dije una palabra.

Todos aplaudieron. Había perdido solo seis puntos y le hice perder uno a Em. Ofrecí una sonrisa de disculpa y ella me rodó los ojos.

Irina movió una ficha y tiró los dados. Le dio un nueve y movió otra ficha, quitándole a Em cuatro puntos.

—Ahí está, le he ganado a Mel.

—Eso fue culpa de Kyle —dijo James si darle importancia— y si ella juega bien sus fichas...

—Puedo ganarte quince puntos en la siguiente ronda —se adelantó Emmeline.

James saltó.

—¿Quince?

Emmeline movió dos fichas y lanzó los dados.

—Me corrijo —añadió con una sonrisa—. Dieciocho.

James maldijo por lo bajo.

—¿Cómo diablos pasó eso? ¡Por todos los santos! Conté once puntos.

—Pues te equivocaste —dijo Emmeline encogiéndose de hombros.

—Aún perdiste cinco puntos y tienes que responder una pregunta. Dados —pidió James.

Irina se adelantó y lanzó primero. Sacó un nueve.

Luego fue mi turno. Diez. Gruñí: ¿por qué no pasaba eso cuando estaba jugando?

James tomó los dados y los lanzó con furia. Un doce. Su pregunta fue directa.

—¿Cómo aprendiste a jugar?

Emmeline se quedó sorprendida por lo simple de la pregunta.

—Con mi padre. Me enseñó cuando tenía ocho o nueve, le gané después de un mes de jugar todos los días y desde entonces nunca más ha conseguido ganarme. Pensé que solo significaba que papá era muy malo porque cuando mamá aprendió también fue mejor, pero tampoco han conseguido ganarme.

—¿Cómo se llama tu padre?

—Solo es una pregunta —señaló Irina, pero Emmeline respondió de todas formas.

—Noel Swift.

—¿Dónde más practicaste? —insistió James.

—No lo sé...una vez en primero intentaron hacer un campeonato en la Academia, pero me retiré antes de las semifinales porque tenía muchos deberes. Después de eso, solo con papá y mis abuelos.

—¿Quiénes son tus abuelos?

—Los padres de papá.

—Sus nombres —aclaró James.

—Ehh...¿Abuelo y abuela? No lo sé...ahm....Silvia y Michael Swift.

Pero mi amigo seguía negando con la cabeza.

—¿James? —probé.

—Solo intento descubrir dónde aprendió a jugar así.

—Soy autodidacta —repuso Emmeline.

—¡Eres una genio! Debes ser el mejor talento en bruto del que he escuchado nunca.

—Aún te queda un secreto que contar —le recordó Irina.

—Sí, pero ...

—Perdiste dieciocho puntos —añadió Em— necesitamos un secreto a lo grande.

—Sigo sin poder creérmelo.

—Está bien que no estés acostumbrado a perder pero...

—No, no lo entiendes Emmeline. Este es mi secreto: Yo he jugado en el Pozo. Estoy catalogado como el octavo mejor jugador del Symposium. Si no sabes qué es, te diré que es el mejor casino de todo el mundo. Y tú me has vencido demasiado rápido. Y me has sacado puntos cuando ni siquiera los había notado. Tenías razón, si sacabas un número bajo en los dados, podías sacarme quince pero terminaste con un diez y ahora me ganaste dieciocho puntos. ¡Dieciocho!

—Vi cuando le ganaste a Zaidman hace unas semanas —recordó Emmeline—. Pero esto no es justo, tú eres un jugador profesional contra nosotros.

—Pues aprendí mi lección, me has batido —dijo James.

—Eres como una celebridad —dije, impresionado.

—No después de que Emmeline vaya a...

Irina estaba al segundo siguiente gruñéndole.

—No la vas a meter allí.

—¡Pero es increíble!

—¡Dije que no! ¡Es muy peligroso!

—Pero...

James ni siquiera pudo completar la frase. Irina lo fulminó con la mirada y él se retiró como un niño regañado.

—Sí, bueno, tampoco quería ir—dijo Emmeline. Creo que intentaba sonar un poco ofendida de que no le hubieran permitido tener lugar en la conversación

—No sabes lo que es —respondió Irina—. No sobrevivirías una hora.

—¡Hey! —exclamaron James y Em al mismo tiempo.

—No soy idiota —soltó Emmeline.

—¡La hubiera cuidado bien! —exclamó James.

De repente, alguien se aclaró la garganta y los cuatro saltamos en nuestros lugares.

El conserje Rinolds se acercó a nosotros.

—Al fin los encuentro...hay un enviado de La Cofradía esperando por ustedes.


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola a todos!

Espero que les haya gustado este pequeño capítulo, se vienen noticias interesantes!

Aquí es tarde, así que los dejo.

¡Besos y calma!

Vale

PD. Queda una semana para mi cumpleaños!!

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora