Ataques en ruso

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(Por: Emmeline)

James estaba gritando cosas confusas sobre cómo debíamos alejarnos y dejar que él intentara una maniobra cuyo nombre me sonaba a ruso mezclado con chino y de la que no había oído en mi vida.

Y al parecer tampoco los demás.

Sin embargo, no había mucho por hacer. El lobo al que nos enfrentábamos era pequeño, y ni siquiera parecía muy agresivo. Todo lo que hacía era gruñir y esquivar a James. No parecía que le afectaran sus ataques, como si su pelaje fuera un escudo protector pero tampoco lucía interesado en desgarrarle el cuello a nadie.

Fue Kyle el que me hizo fijarme con más detalle, ya que tenía la expresión que siempre ponía cuando estaba analizando algo.

Sin embargo, Irina estaba más interesada en apartar a James para poder atacar, ya que nada de lo que él hacía estaba funcionando. El lobo seguía en pie y gruñendo.

—Fuera de aquí —oí que gritaba Nina. No supe exactamente de dónde venía su voz, ya que se había convertido en un borrón.

El lobo saltó, apartando a James y chocó con algo, lo que causó un estruendo suficiente para hacer que los pocos animales que quedaban cerca salieran huyendo despavoridos.

Evidentemente, ese "algo" era Irina, quien intentó atacar sus patas.

Fue todo tan rápido que no tuve tiempo de respirar nuevamente cuando el lobo lanzó un zarpazo en su dirección.

Afortunadamente, Irina se apartó a tiempo. Sin embargo, su movimiento hizo que el collar saliera volando hacia los árboles.

James intentó moverse en esa dirección pero lo siguiente nos paralizó a todos. Irina soltó un gruñido completamente inhumano y se lanzó como una bala contra el cuerpo del licántropo.

Un segundo después, el lobo gimió y se derrumbó. Irina se encontraba sobre él. Sus manos le apretaban el cuello y sus colmillos le destrozaron la carne alrededor de una pata.

—¡Irina, cuidado! —gritó James.

No era necesario. El lobo había caído sin fuerzas para mantenerse en pie.
Sin embargo, al ver que ella no se movía de su posición, me di cuenta que James no había gritado por el lobo, sino por la propia Nina.

Estaba todavía derrumbada a su lado, con la respiración agitada y las manos cerradas en puños.

Los tres nos acercamos con cuidado. James fue el primero que se inclinó sobre ella y volvió a intentar sus ejercicios de respiración. Tardó cerca de un minuto en calmarla.

Me senté a su lado y la tomé de la mano, dibujando círculos en el dorso, al mismo tiempo que ella reducía la velocidad de sus inspiraciones.

—¿Estás bien? —Entrelacé mis dedos con los suyos, vigilando que el lobo siguiera desmayado.

—No lo sé —murmuró—. Volví a marearme.

—Bueno, pudiste con él —intenté bromear.

—No creo... —suspiró—, si debo confesar algo, lo hice más por instinto que por haberlo pensado. Lo hubiera matado de no ser porque...recuperé el sentido a tiempo.

Tragué saliva. Ella se veía realmente enferme ahora, con las ojeras más pronunciadas y la expresión de sufrimiento. ¿Qué tenía este lugar que la afectaba tanto? Nunca la había visto así, y de alguna forma que ponía de cabeza la naturaleza de nuestra relación, ahora era yo quien necesitaba protegerla.

James fue en busca del collar de Nina y entre los dos la ayudamos a ponerse de pie.

Todos observamos al lobo despertar de a pocos.

—¿Avisamos al profesor? —Pregunté finalmente.

—No —atajó Kyle—. Ustedes dos asegúrense de que no se mueva, Irina y yo seguiremos probando hechizos para...

De repente, contra todo pronóstico, el lobo saltó en su lugar y se puso de pie. Todos nos preparamos, alertas: ¿cómo lo había conseguido?

Pero algo no encajaba. Sin la actitud agresiva y el pelaje erizado, el lobo se veía aun más pequeño.

Dio pequeños aullidos, más lastimeros que amenazadores.

Al siguiente paso que tomó en nuestra dirección, se derrumbó sobre la hierba.

—Em, tengamos cuidado —me advirtió James—. No entiendo qué le pasa a este lobo.

—No tienen que vigilarlo —advirtió Kyle sombríamente—. Está muerto.

La señal del vampiro (Igereth #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora