-Si quieres puedo compartir la mía. Está un poco vieja pero no creo que se derrumbe.- El chico sonrió divertido y miró al frente.



-Gracias, pero creo que no es necesario...-Afirmó la rubia, tímidamente. Había pensado en pedirle una a Blue que tenía muchas pero no quería despreciarle ese amable gesto al chico. Así que terminó aceptando y siguieron haciendo bromas, riendo y comentando lo malo que era Red para pescar.



Así anduvieron hasta que salieron al fin del bosque y Yellow se puso su sombrero. Pueblo Paleta estaba justo en frente. Como la casa del Campeón quedaba más cerca, la rubia decidió acompañar a su amigo. Cuando llegaron y ella ya se iba a despedir, Red descubrió con horror que había olvidado las llaves dentro y se llevó las manos a la cabeza por despistado ¿Cómo era posible que se le hubieran olvidado? Yellow le quiso ayudar con su problema y pensó en una solución.



-¿Alguna ventana que te hayas dejado abierta?-El chico se llevó una mano a la barbilla, pensativo.



-Sí. Creo...-Dio una vuelta a la fachada de la casa y miró hacia arriba.- ¡Sí! Siempre dejo la ventana de mi habitación abierta para que se ventile la casa por el día. Es una suerte.-Hubo un silencio y al chico le cayó una gota por la frente.- El problema es llegar allí.



La chica estaba más o menos acostumbrada a los despistes de Red. Ese chico no cambiaba su actitud despistada...pero seguía siendo su "modelo", alguien a quién admiraba...y apreciaba mucho en secreto, pero él nunca se daría cuenta y ella puede que nunca tuviera el valor suficiente para decírselo. En fin, miró su caña perdida en sus pensamientos y se le ocurrió una fugaz idea.



-Red-san, colóquese esto en la chaqueta.- Red, descolocado por la sorpresa se ajustó el sedal en la chaqueta, aunque no comprendía para qué. Lo comprendió cuando la chica empezó a tirar de su caña y él se elevó poco a poco.



Yellow había pasado el sedal por la rama de un árbol muy cercano a la ventana y con mucho esfuerzo hizo "palanca" con su caña para subir al muchacho a la ventana. Él se sorprendió al principio pero reaccionó y ayudó escalando por el sedal. Una vez arriba, la chica del bosque suspiró aliviada y él le agradeció la ayuda insistentemente.



-¡Adiós! ¡Mañana nos veremos en el aeropuerto!- Exclamó con un mano en alto. Desde el sendero se oyó la voz de Red con un sonoro "¡Sí!" Sonrió y siguió su camino hacia su casa. Chuchu la esperaba en la puerta, agitando la cola alegremente. La recibió con un abrazo y se metieron en la casa tras saludar a su tío.



Tal vez algún día le diría algo...O quizá no. Hiciese lo que hiciese tendría que asegurarse y estaba segura, de que no sería pronto.




Mientras tanto en Hoenn, 7 p.m.

~ Un verano juntos ~Where stories live. Discover now