Días inolvidables (parte 1)

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Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo XXX

Días Inolvidables I

Cuando estuvieron más cerca, su corazón dio un vuelco, al reconocer a Terry... y al Duque.

Terry no le había contado nada a la pecosa, de la conversación que sostuvo con su padre en el departamento de Nueva York, en presencia de Eleonor, Claudina y August, el secretario personal del Duque. Por esta razón, el corazón casi se le sale a Candy, pensando en esos microsegundos, que el Duque estaba allí, porque había encontrado a Terius, y se lo llevaría a Londres para que terminara sus estudios, prepararlo para heredar el ducado, y casarlo con una aristócrata...(uff...Candy, pero que rápido vuela tu mente...¡mujer!).

Cuando todos estuvieron ya cerca de Albert y Candy, comenzaron los saludos de cortesía, y hubo uno que le llamó mucho la atención

--Buenas tardes Sir Richard-- saludó Albert

--Buenas tardes señor Andrew-- recibió como respuesta el rubio, y Candy se perdió, ni siquiera alcanzó a saludar a Terry, que estaba ahí con unas ganas locas de verla, abrazarla, besarla, tocarla, olerla...etc.

--Ustedes ¿se conocen?-- fue lo que la pecosa logró decir

--Señorita Andrew-- dijo el Duque, tomando la mano de Candy para besarla en medio del saludo-- quiero disculparme con usted, aquí frente a su padre el Sr. Williams Andrew, y por supuesto en presencia del señor George Johnson y de mi hijo, por los sucesos acontecidos en el Real Colegio San Pablo en Londres-- Candy no sabía si estaba escuchando bien, o estaba en medio de un sueño, Terry vio el conflicto interno de su pecosa, nadie mejor que él, para saber que pensaba

--Candy-- la llamó-- Candy...pecosa

--¿Estoy soñando?

--No Candy, no estás soñando, estamos aquí contigo...estoy aquí contigo-- dijo Terry tomando las manos de su novia y al besarlas, Candy logra salir del estupor en el que había caído, en medio de tantas emociones juntas

--¡Terry!-- exclamó la pecosa y se abalanzó sobre su novio, no importándole el lugar en el que estaban ni la presencia de nadie más que de su rebelde-- me has hecho tanta falta

--Tú también a mi pecosa de mi alma-- respondió Terry al oído de Candy

--No quiero que me sueltes Terry-- rogaba la rubia

--No quiero soltarte señorita pecas, pero te recuerdo que debes saludar y oír lo que estas personas vienen a decirte

--Está bien-- Candy se separó del abrazo de Terry, pero no se soltaron de la mano, y si era necesario, el joven la tomaba de la cintura para que siempre lo sintiera cerca-- Duque-- dijo Candy dirigiéndose al padre de su novio-- también lamento la situación a la que usted hace referencia, pero quiero que sepa, que eso ya es pasado, y si nosotros no hubiésemos incurrido en el error de creer a las cartas o peor aún, encontrarnos en el establo a tan altas horas de la noche, nada hubiese pasado. No tengo nada que disculpar

--Gracias señorita Andrew-- fue la escueta respuesta de Sir Richard. Terry le había contado como era en realidad la rubia americana que había conquistado su corazón, la nobleza y sinceridad en las palabras de Candy no dejaban nada a discusión

--A mi no me saludas-- dijo Karen

--Claro amiga, me alegro tanto de verte

--Señorita Candy-- dijo George-- en el automóvil la espera su compañera, la señorita Cristina Curtis

Te llevas mi corazónTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang