No es un adiós, sino un...

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Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo IV

No es un adiós, si no un...

Mientras la vida de Candy vuelve a cambiar su rumbo. En el colegio, los que quedaron, comenzaron a vivir situaciones significativas.

Annie y Patty, al verse sin la compañía de Candy, Stear y Archie, aceptaron con gusto, que Terry fuera quién compartiera sus días en la llamada "cárcel". Claro está...conociendo el carácter del rebelde del San Pablo, tampoco era que las chicas no lo dejaran respirar, pero de igual modo estaba al pendiente de ciertos hermanitos que no vivían ni dejaban vivir, los hermanos Leagan, quienes seguirían en el colegio hasta que alguien les extrañara, o se acordaran de ellos y los fueran a buscar.

Elisa, había salido de su confinamiento (si, ya se, es muy injusto, que siendo ella la culpable de la desgracia de Candy, no tenga un castigo mayor). Ella muy feliz, creyendo que el anónimo que había enviado al Duque era el que había hecho el milagro, logrando así deshacerse de Candy, pero se llevaría una gran sorpresa.

Cuando supo que a Candy la habían expulsado, estaba más que feliz, su plan había resultado perfecto, se había deshecho de la huérfana. Pero poco le duró la sonrisa en la cara al saber que sus primos, fueron retirados del colegio el mismo día en que se fue Candy, y a ella y su hermano nos los tomaron en cuenta, dejándolos de internos.

Al ver que tanto a Neal como a ella no los tomaron en cuenta a la hora de retirar del colegio a Candy, Stear y Archie, se sintió olvidada por su familia, ¿donde estaban sus padres, la tía abuela Elroy, o el mismo bis abuelo Williams?, ella era más familia que la huérfana de Candy. Esto la enfureció a tal grado que comenzó a tirar cuanta cosa encontró en su camino, sentía que no le importaba a nadie y ella con lo egocéntrica que era, quería que el mundo girara solo para hacerla feliz-- no puede ser posible, que esa sirvienta de establo sea más importante que yo-- pensaba Elisa.

Además, sucedió, que el día en que Candy se preparaba para dejar el colegio, decidió despedirse de la hermana Grey.

--¿Qué sucede Candy?— habló la superiora, recibiendo a Candy en su despacho.

--Yo quería despedirme de usted hermana Grey, y pedir que disculpara todas las veces que la hice enojar, quiero que sepa que nunca fue mi intención que las cosas llegaran a complicarse de esta manera.

--Candy, espero que entiendas que tienes que seguir tu camino fuera de este recinto, no es que quiera que te vayas... pero... las circunstancias no me dejan otra opción.-- decía una muy incómoda superiora, ya que con los días se daba cuenta de que Candy, realmente valía la pena como persona, que expulsarla, no fue la mejor decisión, pero, también estaba el Duque y su generoso aporte al colegio. Como en muchas ocasiones, el dinero se impone a la justicia.

--No, no, no se preocupe, no me mal entienda hermana, solo quería despedirme—

En eso que Candy termina de decir sus palabras, tocan a la puerta, es la hermana Margaret, traía en sus manos un telegrama de la familia de Luisa, que luego de ser leído silenciosamente por la superiora y estando Candy presente, dice a la hermana Margaret:

--Traiga a Luisa, por favor hermana Margaret.

--En seguida hermana Grey.

Candy es despedida en ese mismo momento de la presencia de la hermana Grey. Yendo por el pasillo, se cruza con Luisa quien es informada por la superiora, sin ningún tipo de cuidado, sensibilidad o misericordia, que su padre había quedado en la ruina, y debía dejar el colegio esa misma tarde.

Te llevas mi corazónDove le storie prendono vita. Scoprilo ora