El hospital y la función

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Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo XXII

El hospital y la función

Terry y Candy, no querían terminar el beso en el que estaban dejando la vida, había sido tanto el tiempo sin sentirse, sin llenarse de la esencia del otro, que terminar este momento de entrega... dolía, y se decían

Déjame que te quiera así, calladamente.

Sin ansias, sin palabras, sin inquietud,

Como humo que muere en el azul.

Como una melodía que se olvida.

Sin risas estridentes de alegría,

Sin llanto quejumbroso en el dolor.

Quieta, ahogadamente, sin voz.

Que sea mi ternura como el eco

De dos alas que vuelan a lo lejos.

Como sombra perdida en el cofín.

Déjame que te quiera silenciosamente.

Sin ansias, sin palabras,

¡así!

--Terry-- dijo una Candy relajada y llena de amor abrazada a su Romeo-- no me has dicho como es que estás aquí, si tienes una obra que presentar

--Pedí un permiso especial-- explicaba Terry-- hemos ensayado sin descanso las últimas tres semanas, el parlamento me lo sé más que de memoria, y no era necesario que fuera precisamente yo quien ensayara estos días previos a la función, pusieron un reemplazo

--¡Así de fácil!

--Así de fácil. También ayudó que mi destino fuera Chicago.

--Que lástima... tener que regresar justo hoy al hospital-- suspiraba la chica

--Pero yo te iré a ver todos los días que esté en la ciudad

--Y yo iré a verte actuar...estoy tan emocionada...

--Cambiando de tema Candy, qué es eso de que estarás preparándote para ser enfermera militar...

--No es tan así Terry, no te preocupes...

--Cómo no me voy a preocupar si un día de estos te envían como enfermera a la guerra

--Déjame que te explique...-- dice la pecosa acercándose al castaño-- desde mañana comenzamos un curso de técnicas quirúrgicas, que nos prepararán para ejercer como enfermeras militares, pero estamos comenzando, no me voy a la guerra Terry-- dice Candy acariciando la perfecta mejilla del guapo castaño

--De igual forma Candy, no quiero que vayas a la guerra, pase lo que pase, no te dejaré ir-- decía en medio de cariñitos prodigados por su dulce novia

--Y yo no quiero ir, no podría separarme de ti poniendo en medio todo un océano, y arriesgando mi vida... pero llegado el momento tenemos que pensarlo muy bien, y conversarlo

--¡Qué momento!, cual pensarlo... estamos conversándolo y nada de eso Candy, yo no te dejaré ir-- Terry posesivo

--Mi amor-- decía Candy sin dejar de acariciarlo-- cambiemos el tema por ahora, tenemos tiempo, y se puede dar que no me envíen a mí, ¿puedo hacerte una promesa para que estés más tranquilo?

Te llevas mi corazónWhere stories live. Discover now