Una conversación necesaria

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Advertencia: Los personajes de Candy Candy son propiedad de Misuki e Igarashi, usados en este fic sin fines de lucro.

Historia Ficticia. Todos los personajes nuevos son de exclusiva invención de esta autora.

Capítulo IX

Una conversación necesaria

Al momento en que Sir Richard Grandchester, baja del tren en que viajó una considerable cantidad de horas para llegar a la ciudad donde residía Candy. En el andén con destino a Nueva York, Terry subía a su vagón, encontrando su lugar y acomodándose en él, comenzó a darle rienda suelta a sus pensamientos.

No... no se vieron. Padre e hijo en la misma estación y en el mismo momento. Pero para bien del más joven, no se encontraron.

El Duque no perdió tiempo. Apenas bajó del tren se dirigió inmediatamente a la Escuela de Enfermeras, en busca de Candy y el paradero de su hijo. No comprendía muy bien el porqué la hija de una familia de prestigio como eran los Andrew, estaba estudiando enfermería. Pero ese no era el punto, el estaba seguro de que Candy conocía la dirección de Terry, y se creía suficientemente convincente, como para que la chica confesara lo que tanto necesitaba saber.

Richard estaba seguro, y no se equivocaba, que esos chiquillos se buscarían. Era un hombre muy inteligente y perceptivo, y se dio cuenta en la reunión donde fue expulsada Candy, cuanto le interesaba a Terry esa pequeña pecosa.

Su hijo siempre fue un muchachito difícil. Richard reconocía tener "algo" de culpa, pero el sentimiento que Terry dejó salir en defensa de Candice después de ser expulsada, fue más intenso que todo su discurso.

El padre de Terry quería que su primogénito lo heredara, necesitaba que así fuera. Por alguna razón que ni el propio Duque entendía, se sentía en la obligación de encontrar a su hijo, y Candice, era el primer paso.

Candy apenas iba saliendo de la sala de enfermeras, cuando fue llamada por Mary Jane.

--¿Qué hice ahora?-- se preguntaba Candy, de camino hasta su mentora.

--Toc-toc

--Adelante-- oyó decir a Mary Jane

--Buenas tardes Mary Jane, me dijeron que me...-- y se quedó muda. De tan despistada que era, no se había percatado al entrar de la persona que estaba sentada frente al escritorio de la enfermera mayor.

--Buenas tardes señorita Candice-- oyó decir al Duque, quien la saludó con la parsimonia de un caballero.

--Buenas tardes Duque-- logró responder

--Candy-- le dice Mary Jane-- El caballero aquí presente, solicita hablar contigo. El asegura conocerte, y por lo que veo, así es. Tomen el tiempo que necesiten, yo cubriré la ronda de Candy. Permíteme tus notas-- dirigiéndose a Candy. La estudiante de enfermería obedeciendo al mandato de su superior, le entrega la tabla y Mary Jane, y esta sale de la habitación dejando solos a la enfermera y su inesperada visita.

Candy no sabía qué hacer. Recién había despedido a Terry en la estación, y ahora tenía frente a ella al padre de su recién estrenado novio. ¿Qué querrá aquí?, ¿habrá visto a Terry en la estación?, creo que no, de ser así, no estaría aquí...-- cavilaba Candy. Mientras seguía hecha un lío con sus pensamientos, la voz del Duque se escuchó.

--Señorita Candice, vine hasta acá apenas recibí su telegrama, negando conocer el paradero de mi hijo-- Sir Richard no se anda con rodeos pensó Candy, directo al punto

--Señor Duque de Grandchester-- le Salió la voz a la pecosa-- realmente, yo no sé donde se encuentra su hijo-- dijo poniendo su mejor cara de mentirosa, rogando sonar y parecer convincente delante de este hombre que parecía leer la verdad en su cara.

Te llevas mi corazónWhere stories live. Discover now