Capítulo 20

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Sentada nuevamente en la sala de espera, sin saber realmente qué esperar. ¿Podría estar en una sala de espera sin esperar nada realmente?

Hernán nuevamente había subido al banco para observar por encima de la pared dentro del agujero. Parecía estar obsesionado por tratar de buscar algo que nunca iba a encontrar. Ya había explorado una y otra vez, metiendo las manos al agujero sin extraer nada o activar algo.

—Si activo una palanca, ¿qué pierdo? —Preguntó Hernán, ya había bajado del banco y se había acercado a nosotros, quienes nos manteníamos sentados en los sofás de la sala. Hernán nos observó a todos y colocó sus brazos en jarras, después levantó las manos a la altura de su pecho extendiéndolas hacia nosotros—, ¿qué podrían hacerme si en este momento yo camino al pasillo, entro al cuarto de las palancas y bajo una, o peor aún, todas las palancas que hacen falta para derrumbar esa pared?

Me levanté lentamente apoyando mis manos en el sofá al percatarme de que la pregunta de Hernán era con intención de no interesarle la respuesta, se estaba acercando lentamente al pasillo seguramente dispuesto a destruir la pared de una vez por todas.

—Hernán —le dije, él me observó y levantó las cejas esperando respuesta—, no vayas a ir a ningún lado —le dije.

—¿Tú podrías detenerme? —Preguntó, no, yo no podría hacerlo—, nadie podría detenerme. Porque en este momento yo soy el más fuerte de aquí y si quiero, ahorita mismo voy y activo esas palancas.

—No —le recalcó Iván, ya se había levantado también, Hernán giró su vista hacia él—, Hernán, no puede hacer eso. Sabe a lo que nos atenemos en caso de bajar la palanca.

—¿Qué podría perder yo? —Preguntó nuevamente, no íbamos a permitir que Hernán se nos escapara y activara todas las palancas como un loco. Podría ser el más fuerte, pero no el más inteligente. Hernán retrocedió nuevamente mientras seguía hablando—, Melissa me dice que yo no voy a conocer a mi hijo porque ella no me lo va a permitir. Entonces digo, ¿qué demonios entonces voy a perder yo? Solamente tiempo —se detuvo, parecía analizar sus siguientes palabras—, tiempo es lo único que voy a perder porque realmente no me importan los familiares de los demás.

—Estás perdiendo la cabeza Hernán —le dijo Melissa, ahora solamente Dalila y Neus permanecían sentadas.

—¡¿Y qué si lo hago?! —Gritó Hernán—, perderé más la cabeza si me quedo aquí sin hacer nada.

—Hernán —fue Iván quien le llamó—, no vamos a permitir que se dirija a esas palancas. Por favor señor, no sea egoísta.

—He sido bastante considerado Iván —expresó Hernán—, pero si Melissa no va a permitirme ver a mi hijo, ¿que sentido tiene estar aquí encerrado?

Melissa se mantenía callada, sin meditar ninguna palabra hacia Hernán, seguramente Hernán esperaba escuchar de los labios de Melissa que si dejaba de actuar de esa manera, iba a permitirle ver a su hijo, era eso lo que quería lograr.

—¡Solo estoy desesperado, maldita sea!—expresó aumentando el tono de su voz provocando que todos nos sobresaltaramos—, ¡No sé ya qué esperar! —Caminó de nuevo hacia el pasillo, esta vez un poco más rápido—. Así que voy a ir a ese maldito cuarto para finalmente encontrar la maldita salida.

—¡No! —Le gritó Iván y corrió tras él, alcanzó a colocarse delante de él frente a la puerta del cuarto donde habíamos encontrado al muerto, relajó sus facciones y colocó una de sus manos en el hombro derecho de Hernán, éste se desesperó aún más, pero no hizo nada para apartarlo—, por favor Hernán. No vamos a activar ninguna palanca más. Por favor, entienda a quienes realmente nos interesan nuestros familiares. —Hernán pareció relajarse, Iván aún mantenía su mano en el hombro de Hernán—. Aunque Melissa le haya dicho que no volverá a ver a su hijo, no quiere decir que vaya a dejar de serlo. El niño continúa siendo su hijo, ¿realmente no le importaría que una trampa lo alcanzara? ¿Qué sentido tiene entonces querer recuperarlo? Si realmente desea hacerlo, va a luchar por él, hasta que el niño quiera verlo, o hasta que su madre se lo permita.

Clínica (#2 Hospital)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora